jueves, 18 de diciembre de 2014

El amor suplementario en “Muñequita linda” de Jorge Ninapayta


El amor suplementario en “Muñequita linda” de Jorge Ninapayta
(Análisis semiótico)
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Resumen:

El presente trabajo aborda sobre la realización y configuración del amor suplementario en el cuento “Muñequita linda” y los procesos semióticos que se dan en dicha realización. Pretendemos demostrar que el amor suplementario se realiza a partir de la manipulación, que está presente en el relato en la búsqueda de mecanismos para la adquisición de Muñeca. En primer lugar el contrabandista intenta manipular a Marcos para realizar el negocio y, Marcos, muy emocionado con la belleza de Muñeca intenta manipular a sus tres amigos, ya que él no tiene la capacidad económica suficiente para adquirir solo a la Muñeca, por lo cual, busca manipular y convencer a sus amigos.

De igual manera, para la realización del amor suplementario el querer se transforma en el creer, puesto que los cuatro viejos al anhelar y desear comprar, creen en las bondades de Muñeca y en las funciones de una mujer que ella va suplir con su presencia. También el parecer se transforma en un ser, para que a partir de este proceso, Muñeca adquiera todas las cualidades de una mujer de carne y hueso, luego, llegue a trascender en la vida de sus amantes y en las de los vecinos; por ejemplo, cuando Muñeca muere, la multitud de los vecinos le acompañan hasta su paradero final: el cementerio Baquíjano y Carrillo de Callao, y todos sienten su partida.

Palabras clave: Muñequita linda, cuento, Jorge Ninapayta, análisis semiótico, amor suplementario.


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1. Introducción

“Muñequita linda” de Jorge Ninapayta es un relato extraordinario que está a la altura de cualquier cuento de un autor clásico. No solo por la temática que toca, sino también por el estilo y la técnica que aplica en cuanto la ilación de los hechos. Donde el rol que cumple Muñeca, ante la ausencia de una mujer en la vida de los cuatro viejos, lo convierte en un ser trascendental, con virtudes y cualidades humanas.  Muñeca se convierte en un ser sensible y amorosa, y le brinda amor de una manera democrática e equitativa a sus cuatro amantes. Ella no genera caos ni resentimientos, al contrario, es el centro de todo en la vida de los cuatro viejos, quienes se turnan para recibir el amor de Muñeca, sin resentimiento e incomodidad.

En el cuento podemos resaltar muchos aspectos admirables, pero nos faltaría tiempo y nos alejaríamos del objetivo a que queremos llegar con este trabajo, a pesar de ello, cabe resaltar la herramienta de la ironía de lo que se vale el autor para construir el relato en cuestión, lo cual, convierte al cuento en un relato atractivo, divertido, pero a la vez dota de  una profundidad simbólica. Por ejemplo la presencia de la ironía podemos notar cuando el narrador afirma que los cuatros viejos que adquieren a Muñeca son personas respetables, pero en el transcurso de la descripción de los hechos, nos damos cuenta de que estamos frente a cuatro personajes marginales que buscan el amor en un objeto y le dan vida  a dicho objeto ante la ausencia de una mujer. No hay una mujer quien les brinda afecto y amor a los cuatro viejos, pero sí, a partir de que ellos adquieren a Muñeca, todo ese vacío sentimental y pasional, se llena  casi completamente.

En este trabajo obviaremos el análisis narratológico y nos concentraremos en el análisis semiótico en cuanto la realización del amor suplementario, a partir de la adquisición de Muñeca y las funciones que cumple, donde, para que se lleve a cabo dicho proyecto, se da principalmente tres procesos: la manipulación,  la transformación del querer a un creer y la transformación del parecer a un ser, hasta que el amor suplementario se haya realizado.


2. Antecedentes.

No se le ha dedicado aún un estudio específico a la obra Muñequita Linda ni muchos al cuento que hemos escogido, que también lleva el mismo título, salvo algunas opiniones interesantes que se han publicado en unos diarios de la capital, después de la muerte del autor, de igual modo, breves artículos como es el caso del amigo del autor, Paúl Llaque.

A consecuencia de la muerte del autor, Pedro Escribano afirma en el diario La República que el escritor  Jorge Ninapayta de la Rosa es  «uno de los pocos virtuosos del cuento peruano actual, cuyos personajes revelan en muchos casos la grisura que nos embosca […]. Jorge Ninapayta fue un escritor discreto, silencioso a la manera de Ribeyro[1]». Afirma también el crítico que la calidad cuentística de Nipayta está certificada,  prueba de ello es que algunos de sus cuentos han sido incluidos en antologías  del cuento peruano y latinoamericano, como es el caso de “Muñequita linda” y “García Márquez y yo”, cuentos más conocidos del autor que también se han incluido en el libro Muñequita linda.

Paúl Llaque manifiesta que en  Muñequita linda[2] «los personajes son inocentes caricaturas de sí mismos. Son perdedores que no saben que lo son; son grises comparsas en un universo que los ha confinado a la periferia. Su ingenuidad reside en no haber tomado conciencia del entorno o de sus limitaciones[3]». Según el mismo crítico, Ninapayta es un narrador de primera línea no solo porque toca las grandes dicotomías existenciales (realidad/ficción, amor/desamor, presente/pasado), sino porque, al hacerlo, echa mano de sabios recursos literarios. Afirma también que solo después de un tercio de la narración, gracias al dato escondido, los lectores comprendemos que Muñeca es una muñeca, que nosotros no estamos leyendo mal, que ni los ancianos ni los habitantes de Barrio Bajo están locos y tampoco nosotros (Paúl Llaque, 2014: 23)[4]. Con lo cual, estamos de acuerdo, porque al principio notamos que aparentemente, en el cuento que nos hemos propuesto analizar, se trata de una mujer real que incluso ha competido en las pasarelas, para luego darnos cuenta de que se trata de una muñeca, un objeto a quien se le ha dado vida y ha cumplido esa función de mujer en los aspectos sentimentales y pasionales.  «Muñeca es una muñeca de plástico, pero es también la bella doncella que devolvió el entusiasmo a cuatro ancianos solitarios, cuyo placer procuró de forma disciplinada hasta su muerte. Incluso los vecinos, que están al tanto de la situación, guardan respeto por el sepelio que los viejos realizan en un ataúd real y hacia un cementerio real». (Ibídem).

En una de las entrevistas que realiza El hablador afirma el mismo autor que la mayoría de los críticos coloca a sus obras entre la realidad y la fantasía, «lo que no sería otra cosa que literatura fronteriza[5]». Dicha característica sí podemos notar en el cuento “Muñequita linda”: el desarrollo temático entre la realidad y la fantasía, porque los cuatros personajes mayores son seres humanos que se ven envueltos y atrapados por el amor de Muñeca, un objeto que alcanza un grado de vida, gracias a la función que cumple: de brindar placer sexual y llenar el vacío y la soledad de sus amantes.

Hemos revisado bibliotecas u otros espacios donde posiblemente se haya realizado estudios convincentes sobre Muñequita linda, pero no hemos hallado, aparte de lo desarrollado en los párrafos anteriores y algunas menciones breves sobre la vida del autor a consecuencia de su muerte.  Por lo tanto, consideramos pertinente realizar el estudio sobre uno de los cuentos emblemáticos del autor, que mereció el premio internacional Juan Rulfo: “Muñequita linda”, un cuento que guarda mucha simbología y guarda calidad y está a la altura de cualquier relato clásico.


3. El amor suplementario[6] en “Muñequita linda”

En el relato, Muñeca, va suplir la función de una mujer en diferentes situaciones pasionales en los que se va llevar a cabo en su interacción con los cuatro personajes. Pero la “muñeca” (objeto) se convierte en Muñeca[7] (objeto de deseo) a partir de que los personajes palpan y sienten en Muñeca aspectos pasionales. En esto Muñeca comienza a suplir el rol de una mujer. Antes de  configurarse ese amor suplementario en el relato,  se dan procesos semióticos muy importantes:

§  La manipulación. Lo cual se llevará a cabo de dos maneras: cuando el contrabandista es el manipulador y Marcos el manipulado, luego, cuando Marcos se convierte en el manipulador y sus tres amigos en los manipulados.
§   El paso de un querer a un creer.
§  La transformación de un parecer a un ser.

A partir de dichos procesos semióticos[8], ya se puede hablar de un amor suplementario consumado y realizado, porque ya podemos notar en los personajes la interacción con Muñeca como con un cuerpo real  y vivo, donde Muñeca, ya no es un simple objeto, sino, ya es un objeto de deseo pleno y con todas sus cualidades que despierta en los cuatro viejos: un sentimiento puro y profundo. En base a dichos procesos semióticos mencionados se da en el relato el amor suplementario: la “muñeca” (parecer) se convierte en Muñeca (ser), es decir, un objeto que parecía a una mujer se convierte en mujer, en el sentido de las funciones que cumple, como es brindar calor, placer, amor y esperanza a los cuatros viejos que viven en la soledad y necesitan de un afecto femenino.

La mujer de carne y hueso, a modo de ausencia, se hace presente en la  figura de Muñeca  y en los roles que ella cumple, entonces,  el «Uno —referencialmente, ausente— se hace en otro nivel, semióticamente, presente al Otro» (Landowski, 2007:191). Por lo tanto, Muñeca pasa de un parecer a un ser, gracias a la función que cumple de suplir a una mujer real, sino, no tendría sentido hablar el paso de Muñeca de un parecer a un ser. Además esa categoría de ser, adquiere gracias a que despierta sentimientos en los cuatro personajes, quienes disfrutan, sienten, aman a Muñeca; incluso cuando ella muere en manos de Lucio, los cuatro sufren su partida y llevan a enterrar a un cementerio real.


3.1. La manipulación

La manipulación en el campo semiótico, a comparación del orden psicológico o moral, «designa simplemente la relación factiva según la cual un enunciado de hacer rige otro enunciado de hacer. […], hay un sujeto manipulador y un sujeto manipulado». (Courtés, 1997:158). Es la operación cuyo principio consiste «en poner en marcha procedimientos persuasivos con el objetivo de que el sujeto manipulado no pueda, finalmente, dejar de conformarse al querer del estratega-manipulador». (Landowski, 2009: 46). Como mencionemos en los párrafos anteriores, la manipulación se realiza de dos maneras:

a)      Cuando el contrabandista asume el rol de manipulador, donde el sujeto manipulado es Marcos. El contrabandista intenta manipular (convencer) a Marcos diciéndole «que Muñeca era de un material que ya no se usaba, porque justo después de ella se prohibió su libre comercialización, para usarlo solo en la fabricación de trajes para astronautas de la NASA» (Ninapayta, 2000: 18). Hasta aquí Muñeca es un simple objeto, todavía no hay esa intensidad de deseo de obtención, pero cuando el contrabandista «Habló maravillas de Muñeca, de sus bondades, de sus costumbres» (Ibídem),  cambia la sensibilidad de Marcos, «el rostro perfecto y las formas finas de ella» le convenció a Marcos y él «se enamoró sin remedio» (Ibídem), como lo harán sus tres amigos cuando vean a Muñeca.  A partir de este suceso, Muñeca ya no es “muñeca”, al convertirse en un objeto de deseo ya se vivifica, de un parecer pasa a un estado de ser.

b)      Cuando Marcos se convierte en un sujeto manipulador, donde, sus amigos se convierten en sujetos manipulados. Después de la convicción, Marcos, pasa de un sujeto manipulado a un sujeto manipulador a consecuencia de que no le alcanzan los medios económicos suficientes para que él solo logre hacerlo suyo a Muñeca, para lo cual, busca a sus tres amigos y los convence, los manipula de que Muñeca compartirá su amor con los cuatro. «Dos días después se apareció donde el contrabandista, con los otros tres viejos, quienes deseaban ver con sus propios ojos a Muñeca. Solo bastó unos minutos para que todos estuvieran de acuerdo» (Ibídem: 19).


            3.2. La transformación de un querer a un creer.

Esto comienza cuando llega el comentario a Marcos sobre la llegada de «una hembra de primera, de las fácilmente inflables» (Ibídem: 18)  desde los Estados Unidos por intermedio de un contrabandista. Marcos se anima buscar al contrabandista y al entrevistarse, quiere obtener a la muñeca a como dé lugar, porque él cree en las bondades de la muñeca; pero, solo, no está en la capacidad de comprar a Muñeca, sino él tiene que acudir al aporte de unos amigos, para lo cual ve la necesidad de hacerle saber a sus tres amigos sobre las bondades de  Muñeca, ya que ella estará dispuesta a darle amor sin reclamo alguno, también a otros. En el anhelo de adquirir a Muñeca y la confianza en sus bondades, un querer pasa a un creer, y gracias a estas dos modalidades se hace posible la adquisición de la muñeca, porque los cuatro protagonistas, si no hubieran querido adquirir a Muñeca[9] no hubieran creído en sus bondades, tampoco hubieran disfrutado de ese amor puro que ella le brinda, sin queja y sin cansancio alguno. En el relato, «la modalidad del “querer” es la que instituye al sujeto como actante personal» (Blanco y Bueno, 1980: 103) para luego adquirir el creer y llegar a configurar el amor suplementario. Sin el querer sería imposible creer en algo, y sin la interrelación de estas dos modalidades no se podría hablar de un amor suplementario, porque Muñeca no sería vista como un objeto de deseo, sino, como un simple objeto común y corriente.

El querer en primer lugar se posesiona en Marcos, quien ya vio las bondades de Muñeca, cuando el contrabandista le habló sobre la fabricación de la muñeca y sus bondades, de igual modo, dicho proceso del querer llega a un punto máximo del creer, cuando ya el sujeto (los cuatro personajes) llega a enamorarse del objeto de deseo (Muñeca). Pero el querer no se da pues de una manera rápida, sino, también hay un no querer y un no creer de los sujetos, lo cual, está presente de una manera implícita. ¿Cómo saber que hay un no querer y no creer en el relato?, pues un querer nace a partir de un no querer, porque ningún sujeto apunta hacia un objeto de deseo sin la duda de su eficacia y las funciones que va cumplir el objeto de deseo, suceden acontecimientos previos. Recordemos nada más  las situaciones que suscitan en la vida cotidiana, nadie acepta a ciegas ningún trato en cuanto la adquisición de un objeto. Igual ocurre en el relato, Marcos no acepta a ciegas adquirir a Muñeca, sino, primeramente quiere ver con sus propios ojos, quiere palpar y comprobar personalmente las bondades y la belleza de Muñeca; luego, después de querer comprar a Muñeca y creer en sus bondades, va informarle a sus tres amigos y le propone comprar con el aporte grupal, pero los tres amigos, tampoco aceptan a ciegas, quieren comprobar personalmente y van al lugar donde les espera Muñeca y «luego los viejos tocaron con dedos trémulos y —“sí, sí, claro”— sintieron que dentro latía un corazón amoroso, mientras afuera resplandecía ese rostro, esos ojos y esa boca siempre a punto de hablar» (Ibídem: 19). Para ilustrar mejor, a continuación veamos el gráfico de cómo se dan dichos procesos semióticos:




En el gráfico anterior podemos observar los procesos semióticos que se dan en cuanto la transformación del querer a un creer. Toda tensión pasional en el relato, parte de un no querer, porque al no querer, el sujeto no cree aún en la bondad de ningún objeto de valor, ni mucho menos cree en la hermosura de Muñeca. Esto se da cuando Marcos, por chismorreos, escucha sobre la llegada de la “muñeca”, «de esos fácilmente inflables», entonces, a partir de ese no querer se presenta el no creer, porque ambos se complementan  en esa perspectiva del sujeto en meditar sobre la visita al contrabandista y observar personalmente a la “muñeca”. En esta etapa se da la toma decisiones, además hay una displicencia entre el no querer y no creer: no hay un deseo aún en esta etapa, todavía no se posiciona en el sujeto ese intenso deseo de obtener a Muñeca, hay una cierta curiosidad, pero todavía prevalece la indecisión.

Como consecución de los procesos semióticos en el relato, se da cuando del no querer pasa a un querer (notamos en el gráfico, en el diagonal que apunta a la derecha), es decir, a partir de la indecisión se decide finalmente a adquirir a Muñeca, mediante el aporte de los cuatro. Esto va aumentando de intensidad, ya que los cuatro viejos, por iniciativa de Marcos, acuden a ver a Muñeca personalmente, y cuando dichos personajes llegan y ven la hermosura de Muñeca se enamoran y deciden comprar, aquí es donde se llega a un querer. De igual manera de un no creer se llega a un creer (en el otro diagonal del cuadrado semiótico) porque ese no creer le impulsa tanto a Marcos y los otros tres personajes apersonarse donde el contrabandista y cerciorarse de la calidad de Muñeca, y cuando llegan  observan y palpan a Muñeca, luego se cercioran de su belleza y se enamoran inmediatamente; entonces en dicho proceso de intensidad emocional y la decisión y final de hacerla suyo a Muñeca, se llega a un creer.

A partir de que Marcos les informa a los tres personajes sobre la hermosura de Muñeca, los cuatro acuden a ver a Muñeca, luego, se quedan impactados, asombrados y se enamoran inmediatamente. Antes de que llegan a enamorarse, cuando aún querían ver a Muñeca para proceder con la compra, hay un querer, por lo tanto, a partir de ese querer  se llega a un creer, porque los sujetos no solamente quieren, sino también creen en el amor de Muñeca, creen en el placer que les brindará Muñeca como una dama sensual, dulce y tierna. El creer es un punto máximo en cuantos los procesos semióticos  que se llevan a cabo en el relato para que se dé el amor suplementario. Solamente a partir del creer Muñeca ya comienza a suplir y cumplir el rol de una mujer.

También podemos notar que en cuanto la formación del cuadrado semiótico, entre el no creer y no querer se forma la displicencia, como especie del desgano y por la falta de decisiones finales para adquirir a Muñeca, donde la intensidad es débil, porque aún falta esa sensación y pasión en cuanto la relación de los personajes (sujeto) con el objeto de deseo; de igual modo, la extensidad es amplia, porque tanto el sujeto y el objeto de deseo se hallan distantes. De igual modo, la duda está presente entre el no creer y el querer, así también entre el no querer y creer. En cambio entre el querer y el creer se da el deseo, lo cual, es un inicio para que Muñeca cumpla ese rol suplementario en cuanto la función de mujer. A partir de los procesos semióticos mencionados anteriormente, el sujeto (cuatro viejos) se hace evidente en cuanto la búsqueda y el amor intenso hacia su objeto de deseo (Muñeca). También a partir de la adquisición del creer, la intensidad se torna fuerte y la extensidad se hace débil o concentrada, porque ya se reduce el espacio o la distancia de los personajes con Muñeca, porque ya lo tienen en sus manos; de acuerdo las palabras de Fontanille esto vendría a conformar el parangón (Fontanille, 2001: 64), es decir, la intensidad es fuerte y la extensidad es débil. Por lo tanto la relación del sujeto frente al objeto de deseo quedaría representada de la siguiente manera:


                                          
Los cuatro personajes apuntan hacia el mismo objeto de deseo (Muñeca), por lo que se ha  representado como un solo sujeto, puesto que los cuatro personajes comparten y se turnan para gozar del amor de Muñeca. Si bien las emociones y tensiones en relación con Muñeca varían en cada personaje, los cuatros personajes están de acuerdo en amar a Muñeca coordinadamente y por turnos, donde no se presentan discordias, tampoco hay desacuerdos, nadie reclama si uno u otro pasa más horas con Muñeca, todos disfrutan por igual. Por lo tanto, los cuatros personajes representan a un solo sujeto de deseo, y Muñeca es el objeto de deseo. Además no tiene que haber un solo personaje para referirnos al sujeto como un elemento individual que pone la mira hacia un objeto de deseo, sino, sobre todo hay que tener en cuenta las funciones que cumple  dicho elemento semiótico y su realización en cuanto la intensidad y la extensidad en el esquema tensivo[10].


3.3. La realización del amor suplementario desde el parecer al ser.

El  amor suplementario se realiza a partir del anhelo de adquirir una “muñeca” de las manos del contrabandista, en lo cual, el primer gestor para que todo esto se lleve a cabo es Marcos. A partir de que Marcos se enamora de la “muñeca”, dicho objeto va adquiriendo valor, y se convierte en Muñeca, cuando los tres amigos se suman a dicho proyecto de adquisición y logran convertir a Muñeca como a la dueña de sus esperanzas, pasiones y sentimientos. La adquisición aún no convierte a Muñeca en un objeto de deseo consumado, sino, a partir de que ella comienza a cumplir las funciones de una mujer de carne y hueso, hace que Muñeca ya no sea “muñeca” (objeto cualquiera), sino, una mujer que ama, siente y hace feliz a los cuatro viejos. La configuración o la realización del amor suplementario se dan gracias a que los cuatro viejos necesitan llenar la ausencia de una mujer (real) con la presencia de Muñeca (parecer de una mujer que adquiere la cualidad del ser).

Al principio “muñeca” es un objeto que tiene el parecer de una mujer, cuando aún se halla en las manos del contrabandista y no cumple aún ese rol de mujer, en cambio cuando es adquirida por los cuatros viejos y cuando la “muñeca” es vivificada[11] y sustituye a una mujer en el sentido de la función que cumple, se convierte en Muñeca, a partir de lo cual, ya no es un simple objeto que tiene el parecer de una mujer, sino es un ser con sentimiento que brinda calor y amor a sus cuatro amantes.

Si bien la configuración del amor suplementario  se inicia a partir de la adquisición de Muñeca de las manos del contrabandista, el proceso de transformación del parecer a un ser comienza en el  «cuartito donde dormía Marcos», porque allí los cuatro viejos, «desesperados por verla crecer, soplaron y soplaron hasta casi dejar la vida en el esfuerzo» (Ninapayta, 2000: 19). A partir de que los viejos le llenan de aire a Muñeca, el parecer va adquiriendo una mayor fuerza y su máxima expresión e intensidad, porque los viejos, después de acabar de llenar aire en el cuerpo de Muñeca, llegaron a «apreciar todo ese continente erguido vibrando frente a ellos, concluyeron que era más bella de lo que les había parecido al inicio» (Ibídem), aquí es donde el parecer adquiere una máxima intensidad, y ya está casi listo para pasar a otro estado a partir de las funciones que va cumplir Muñeca. A partir de que Muñeca adquiere esa categoría del ser, todo cambia en cuanto el estado de ánimo de los personajes, Muñeca dialoga con ellos, causa sensación y se deja amar intensamente.

Además Muñeca envejece junto a los viejos, lo cual le da más categoría de ser a ella, porque no es un objeto estático, sino ella como toda dama envejece, sufre y llora; por ejemplo «algunas veces Marcos le dejaba sentada mirando la calle a través de la ventana, y a ella se le humedecían los ojos al advertir tanta pobreza, al ver pasar alguna manifestación de despedidos, uno que otro asalto, y al comprobar cómo el barrio se había ido viniendo cuesta abajo» (Ibídem: 20). Muñeca no se queda solamente en la categoría del parecer, sino, trasciende más allá, hasta adquirir esa esencia del ser, esa esencia sublime de una mujer que sufre, llora y se preocupa por la sociedad. Muñeca no solamente cumple la función sexual, sino, es una mujer que se percata de todo y está dotada de sensibilidades y sentimientos puros, porque incluso «en sus pestañas temblaban algunas lágrimas. No era la garúa de la ciudad, sino lágrimas que ella trataba de disimular» (Ibídem).

De igual modo, como toda mujer que ha cumplido algún sacrificado rol o ha soportado maltrato físicos, Muñeca, se queja de la espalda algunas veces en los momentos que le satisface a sus cuatro amantes, quienes se dan cuenta del dolor que ella siente, «específicamente de dolor a las costillas. Siempre había padecido de dolores a la espalda.
El contrabandista mismo les había confesado que ella, antes, había vivido—brevemente, es cierto— con un coronel norteamericano alcohólico, mutilado en Corea, que la golpeaba» (Ibídem). Los personajes dialogan con Muñeca sobre diferentes situaciones y acontecimientos, por ejemplo, «cuando Marcos había ido a ver a Cleto durante su semana de suerte, lo había hallado mirando por la ventana de su cuartucho, con Muñeca vestida y sentada en una silla, solo dialogando con ella, sobre el tiempo, las inundaciones en el norte del país, el alza del dólar, sobre tantas cosas» (Ibídem: 21). Ese sentimiento, la sensibilidad frente a los acontecimientos sociales y el rolde mujer que cumple Muñeca, le da pues esa categoría de ser, en esto, Muñeca ya no es un objeto, sino, una dama que sufre y se da cuenta de las situaciones sociales críticas, aparte de brindarle calor y amor a los cuatro viejos solitarios. Dicho proceso semiótico: la transformación del parecer a un ser, podremos apreciar mejor en el cuadrado semiótico siguiente:




La transformación del parecer a un ser parte a partir del no parecer, porque al inicio, mientras se coordina para la adquisición de Muñeca, y mientras los personajes no completan su apreciación a Muñeca, no se puede hablar aún del parecer  (en el diagonal que apunta a la izquierda), así también, antes de que “muñeca” se haga Muñeca, estamos frente a un no ser,  para que luego, al adquirir la cualidad de mujer pase a un estado de ser (en el diagonal que apunta a la derecha). De igual modo, mientras haya un no parecer tampoco puede haber un ser, sino, a cambio se hace presente un no ser.

Entonces se puede colegir que el no parecer y el no ser están dentro de la falsedad[12], porque no se llega aún a la verdad de la belleza de Muñeca ni mucho menos se sabe de sus bondades, en esto, Muñeca no parece aún a una mujer, tampoco es mujer. Luego el no ser llega al parecer, los cuales están dentro del engaño, porque Muñeca no es mujer, pero se parece a mujer. En el otro extremo de la figura, podemos notar de que el no parecer llega a un ser, lo cual, constituye el secreto, porque conjeturamos de que Muñeca no parece pero llega a ser mujer, en el sentido de las funciones que cumple y las sensibilidades que ella adquiere y posee en cuanto la comunicación con los cuatro viejos. Por último, notamos en el cuadrado semiótico que el parecer llega a transformarse en el ser, porque Muñeca llega a adquirir todas las cualidades de una mujer real, porque ella siente, llora y ama, además se  preocupación por la situación paupérrima de la sociedad que le circunda.



3.4. A modo de conclusión.

Desde el momento en que Muñeca se convierte en un ser dotado de virtudes, sufre como todo ser humano, además muere cumpliendo su labor como una mujer de carne y hueso. Incluso por ese rol sacrificado de tener que complacer y amar a los cuatro viejos, pierde la vida en las manos de Lucio, no por cansancio o debilidad, sino, porque Lucio « se había puesto a bailar con ella. Había olvidado que cuando a Muñeca la trataban mal, se enfadaba y decidía no hablar. Además ella nunca bebía licor —el licor le producía gases— y aborrecía el lenguaje procaz de los borrachos […]. Mas como ella se mantuviera en silencio, ciego de ira y de alcohol, le había propinado una feroz dentellada en el cuello.» (Ibídem: 22).

Una característica que le da  el carácter más humano a Muñeca y como a un ser con virtudes, es el perdón que le da a su agresor y victimario: Lucio, quien le pide perdón de rodillas a Muñeca y ella «lo miraba y, sin decir nada —no era necesario, sus ojos lo decían todo—, lo perdonaba. También miró a los recién llegados y pareció querer hablar» (Ibídem: 23). En esta circunstancia, la existencia y la muerte de Muñeca se convierte en todo un acontecimiento, por tal motivo, sobrepasa los límites del parecer y se convierte en el ser, porque incluso cuando más tarde llega Rómulo y al abrir la puerta para dejarlo entrar a él  «vieron que afuera se arracimaba mucha gente, muchos vecinos solidarios en el dolor, con expresión contrita; algunas mujeres rezaban murmurando bajito» (Ibídem). De igual manera la búsqueda de un ataúd adecuado como para una princesa, adquiere magnitud considerable, porque los cuatro personajes no hallan rápidamente el ataúd que buscan, todo esto se convierte en una situación preocupante para los personajes, peor aún cuando se topan con la funeraria del Vampiro, de quien desconfían porque hay rumores de que el Vampiro viola el cadáver de las mujeres hermosas; pero a pesar de todo ese rumor, deciden comprar el ataúd en él, pero siempre con una sigilosa vigilancia.

Otra característica resaltante de Muñeca en cuanto ser, es cuando en el camino al cementerio, al llevar en hombros el cadáver de Muñeca, los cuatro personajes lloran desconsoladamente, a su paso, «salen los vecinos a las puertas de sus casas, a las azoteas, mientras un grupo numeroso formado por adultos, niños y perros seguía detrás en silencio» (Ibídem: 24), y al fin, logran sepultar a Muñeca en el cementerio Baquíjano y Carrillo del Callao.

Por lo tanto, el amor suplementario en “Muñequita linda” se da gracias a los diferentes acontecimientos que suscitan a partir de la adquisición de Muñeca, y a partir del rol de mujer que ella cumple en cuanto su relación sentimental con los cuatro viejos, de igual manera, gracias a esa trascendencia que ella tiene en la vida de sus amantes, como también en su sensibilidad frente a los aconteceres cotidianos.  Muñeca en cuanto su relación amorosa con los cuatro viejos, configura un tipo de vida al margen de la sociedad moralista, porque, de acuerdo los códigos sociales que una mujer brinde amor a cuatro personas (como en el caso de Muñeca a Marcos, Rómulo, Cleto y Lucio), sería pues reprochable, pero a partir de un parecer, se  llega a construir en el relato, «las formas de vida que están inmediatamente conectadas a efectos de sentido pasionales» (Fontanille y Zilberberg, 2004: 206). Cabe reiterar también que en esa realización del amor suplementario, bajo el protagonismo de Muñeca, se dan procesos semióticos importantes: primeramente se inicia con la manipulación (del contrabandista a Marcos, y de Marcos a sus tres amigos), el paso del querer a un creer y del parecer a un ser. Como ya se ha demostrado en los párrafos anteriores.

Todo este proceso semiótico, configura una profundidad simbólica en el relato, porque hay una sustitución de la presencia femenina por un objeto que del parecer adquiere esencia y a la vez se convierte en un ser que llena el vacío, la soledad, la perspectiva y sirve de esperanza amorosa para los cuatro personajes de avanzada edad. Vemos cómo un simple objeto (muñeca) adquiere vida a partir de la función sexual que cumple y por la sensibilidad humana de la cual está dotada. Muñeca no es pues un objeto que solo  sirve para el placer sexual, sino también adquiere la esencia de mujer que abriga esperanza y llena de sensualidad y cariño a sus cuatro amantes. Ella llena de placer por igual a sus cuatro  amantes, no reclama, no se siente incómoda, sino, siempre está feliz y atenta —no solo a los aconteceres sociales y cotidianos— sino también  en el cumplimiento de su rol como  mujer, hasta que al final muere en manos de Lucio. Muñeca, a partir del encuentro amoroso con los cuatro personajes mayores, va más allá de un simple placer sexual: representa a una mujer de carne hueso que siente, ama, llora y sufre. Ella pierde la vida a consecuencia de la borrachera de Lucio, quien al proferir palabras soeces contra el gobierno quiso tratar a Muñeca  como si fuese «una simple pelandusca», es decir, cuando Lucio lo trata a Muñeca  como a un simple objeto ella pierde la vida. Pero a pesar del mal trato, como especie de cosificación, por parte de Lucio a Muñeca, ella no vuelve a su estado inicial (objeto cualquiera que tiene forma de mujer), sino, adquiere más trascendencia y no pierde esa esencia del ser, porque vemos que hasta los vecinos se suman al velorio y acompañan en el entierro de Muñeca hasta su paradero final: el cementerio Baquíjano Carrillo del Callao.






4. Conclusiones finales:

Principalmente se ha llegado a las siguientes conclusiones finales:

a.       En la realización del amor suplementario, bajo el protagonismo de Muñeca, se dan procesos semióticos importantes: primeramente se inicia con la manipulación (del contrabandista a Marcos, y de Marcos a sus tres amigos), el paso del querer a un creer y del parecer a un ser.

b.      Muñeca (parecer de una mujer) llega a adquirir la categoría de ser, gracias a las funciones que cumple y el impacto que produce en sus cuatro amantes.

c.       Los cuatros viejos adquieren a Muñeca y lo convierten en una mujer de carne y hueso ante la ausencia de una mujer real. Donde la ausencia es completada por una presencia femenina aparente (Muñeca) que adquiere todas las cualidades de una mujer en cuanto las funciones que cumple.

d.      La presencia de Muñeca ante la ausencia de una mujer no solamente causa impacto en los cuatro personajes amantes, sino, también en la sociedad circundante, lo cual, notamos cuando ella es traslada al cementerio para su entierro y los vecinos le acompañan conmovidos.










BIBLOGRAFÍA


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2004    Tensión y significación. Lima: Universidad de Lima.

LLAQUE, Paul.
2014    “Los cuentos magistrales de Jorge Ninapayta” en revista Buen Salvaje N° 12, julio-agosto 2014. (Versión digital en: http://buensalvaje.com/2014/07/16/los-cuentos-magistrales-de-jorge-ninapayta/).

LANDOWSKI, Eric.
2007    Presencias del otro. Lima: Lima: Universidad de Lima.
2009    Interacciones arriesgadas. Lima: Universidad de Lima.

NINAPAYTA, Jorge
2000    Muñequita linda. Lima: Jaime Campodónico.


[2] Si me refiero a la obra en conjunto irá en cursiva y si me refiero al cuento, colocaré entre comillas para diferenciar ambos casos.
[3] En: https://pllaque.lamula.pe/2014/06/08/muere-el-gran-escritor-jorge-ninapayta/pllaque/
[4] La versión digital disponible en: http://buensalvaje.com/2014/07/16/los-cuentos-magistrales-de-jorge-ninapayta/
[5] Disponible en: http://www.elhablador.com/ninapayta.htm
[6] De acuerdo la RAE, el concepto ‘suplementario’ “es un adjetivo que sirve para suplir algo o completarlo”. Muñeca en el relato, cumple la función de suplir con su presencia la ausencia de una mujer
[7] A partir de lo que muñeca adquiera vida o se le da vida, su nombre irá en mayúscula, porque ya no es un simple objeto, sino es un personaje que cumple un rol fundamental en el cuento: el rol de una dama con sentimiento y amor que brinda calor a sus amantes.
[8] Tal vez, al realizar otro tipo de lectura se halle en el relato otros procesos semióticos más o distintos, pero, nosotros consideramos pertinente los tres procesos mencionados para que el amor suplementario se lleve a cabo en el relato.
[9] De acuerdo las normas de la gramática debe de preceder el artículo “la” a Muñeca, pero para no cosificar y tratarla como un simple objeto, estoy tratando de obviar dicho artículo. Muñeca, en el relato, no es un simple objeto, cumple la función de una mujer, adquiere vida en base a dichas funciones que cumple.
[10] En este trabajo hacemos referencia a los esquemas tensivos de una breve y resumida, ya que en los trabajos anteriores ya se ha desarrollado detalladamente sobre dicha categoría.
[11] De acuerdo la RAE vivificar significa, como primera acepción: “Dar vida”, y como segunda acepción: “Confortar, animar”.
[12] Hay que tener en cuenta de que la falsedad no necesariamente alude a falso, sino está entre el límite de lo verdadero y de lo falso, no es ambas cosas a la vez. Recordemos que la misma RAE define como la “falta de verdad o autenticidad” y como la “falta de conformidad entre las palabras, las ideas y las cosas”.

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