jueves, 18 de diciembre de 2014

El poema argumentativo de Antonio Cisneros y la cosmovisión que nos plantea en su poesía.



El poema argumentativo de Antonio Cisneros y la cosmovisión que nos plantea en su poesía.
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Introducción
      Al leer a Cisneros, lo primero que se nos ocurre es querer analizar todas sus obras en conjunto, porque hay un hilo comunicativo que los une, a pesar de que las técnicas argumentativas en cada una de ellas son diversas y de un amplio bagaje, con presencia de metáforas y campos figurativos muy variados, pero a pesar de todo, lo que más predomina en sus obras es la ironía y el humor en forma expresiva y crítica.     Por ello, elegir a la obra poética de Cisneros para un estudio o análisis crítico no es sencillo, puesto que es un autor que ha producido obras de relevada importancia. Comenzando por Destierro (1961) y continuando con David (1962), Comentarios reales de Antonio Cisneros (Premio Nacional de Poesía)(1964), Canto ceremonial contra un oso hormiguero (Premio Casa de las Américas)(1968), Agua que no has de beber (1971), Como higuera en un campo de golf (1972), El libro de Dios y de los húngaros (1978) y otros libros que podríamos continuar mencionando.
      De todas las obras mencionadas arriba, he visto conveniente desarrollar mi trabajo sobre el poemario Comentarios reales de Antonio Cisneros, por ser una obra que nos sirve como puerta de entrada para entender a los demás poemarios del autor y también porque guarda un legado muy importante por ser una obra distinta a las demás obras de otros autores de su época, porque no solamente se queda en el juego del lenguaje o la poesía conversacional, sino, va más allá, busca instrumentalizar a la poesía y reelaborar una crítica basado en la otra cara de la historia oficial. En los Comentarios reales, Cisneros reescribe y reelabora la historia de otra manera, diferente a la historia oficial, valiéndose de la ironía, el humor y la desmitificación. Busca héroes anónimos y resalta su imagen. Manifiesta implícitamente, que a causa de la colonia española, la sociedad de hoy, está enferma, donde las apariencias relucen e intentan convencer al pueblo como si fueran verdades únicas. Es donde el poeta lanza sus puyas a los opresores y sistemas dominantes. Para ello, Cisneros elige como soporte a la obra Comentarios reales del Inca Garcilaso de la Vega, quien pues está inscrito en la historia oficial. A cambio de Garcilaso, Cisneros quiere valerse de la poesía para reelaborar la historia peruana desde la época preínca hasta la colonia, pero desde la otra cara, desde la otra mirada inversa a la oficial.


      Para el desarrollo de mi trabajo emplearé las propuestas desarrolladas por Stefano Arduini, uno de los grandes representantes de la Retórica General Textual, lo cual me permitirá buscar la esencia y la riqueza del texto desde el punto de vista retórico. Arduini desarrolla el concepto del Campo Retórico que pues se torna muy interesante e imprescindible para el análisis de cualquier texto porque el Campo Retórico «es la vasta área de los conocimientos y de las experiencias comunicativas adquiridas por el individuo, por la sociedad y por las culturas»[1]. Lo cual pues, no solamente nos permite quedarnos en una interpretación semántica del texto, sino, nos permite también aproximarnos a la idiosincrasia y el contexto de un determinado texto, incluso, nos permite conocer o tomar en consideración las características y la situación de la obra en un determinado contexto, tanto en su visión compleja determinante y aproximativo; por ejemplo, en caso de Cisneros, nos permite situarnos en la poesía de los años 60 y en su carácter conversacional predominante en dicha época. De igual modo, Arduini desarrolla sobre el concepto del Campo Figurativo[2] que funciona como un bagaje cultural cognitivo que organiza conceptos y expresiones de acuerdo su semejanza, relación y significado. Consiste en seis grandes grupos: metáfora, metonimia, sinécdoque, antítesis, repetición y elipsis. Cada uno de estos campos figurativos guardan dentro de ellas otras figuras retóricas. Por ejemplo la metáfora está compuesta por la catacresis, símbolo, emblema, alegoría, similitud, personificación y la parábola. La metonimia por los tipos de figuras que se relacionan con ella (efecto-causa, causa-efecto, etc.), la sinécdoque con los mismos tipos de figuras (parte-todo, todo-parte, verbigracia, etc.). En cambio la antítesis es un campo figurativo que agrupa figuras que se fundamentan en la contradicción, están incluidas en ellas figuras como: negación, inversión (hipérbaton), ironía, oxímoron y paradoja. También la repetición agrupa varias figuras: la repetición en sentido estricto, la amplificación, la anadiplisis, el clímax, quiasmo, postposición, la anáfora, la epifora, el polisíndeton, la paranomasia y otras figuras más. El último campo figurativo, la elipsis o reticencia que consiste en la falta de algo, de una o varias palabras, está compuesto por: la reticencia, el asíndeton, el zeugma y otros campos figurativos.
      En el primer capítulo abordaré sobre los campos retóricos en la poesía de Cisneros y la perspectiva de la crítica, donde también desarrollaré sobre la opinión de algunos críticos y la presencia de la poesía conversacional en Cisneros, quien en base a dicha técnica busca reescribir la historia peruana de otro modo valiéndose de la ironía y la desmitificación. El segundo capítulo de mi trabajo está relacionado con el desarrollo sobre los campos figurativos relevantes en el poemario, donde trataré de resaltar la presencia de la antítesis con su figura retórica predominante de la ironía, de igual modo sobre la presencia de la metáfora. Por último en el tercer capítulo abordaré sobre los interlocutores, las técnicas argumentativas y trataré de desarrollar sobre la organización del poemario, de igual manera intentaré aproximarme a la cosmovisión que configura el texto argumentativo.
      La edición que hemos elegido para nuestro análisis es la poesía Poesía reunida (1961-1992), publicada bajo el prólogo de Julio Ortega[3]. Puesto que es una edición confiable y a la vez con la inclusión de obras muy importantes que también nos ayudarán a contextualizar y entender mejor la poética de Cisneros.
      Quiero cerrar esta introducción, agradeciendo al profesor del curso por orientarnos y conducirnos en nuestra formación profesional de una manera considerable y admirable, porque sin esa técnica loable y la clase didáctica que recibí en el curso de Retórica y Estilística Literaria, hubiera sido imposible realizar este trabajo. También quiero afirmar mi convicción de haber adquirido una buena experiencia y una buena base para afrontar proyectos más grandes en el futuro, gracias a este trabajo. No pretendo plasmar la perfección, pero sí pretendo plasmar mi esfuerzo y de esa manera preparar un camino sólido para mi mejor formación en el curso de Literatura, por ello, he priorizando en el trabajo mis propias ideas para no caer en la copia o redundancia de ideas, pero, a pesar de todo, temo haber coincidido, sin esa intención de copia, con la idea de los demás.   


 



      CAPÍTULO I

      1. LOS CAMPOS RETÓRICOS EN LA POESÍA DE CISNEROS Y LA
      PERSPECTIVA DE LA CRÍTICA

      Antes de entrar al análisis del poemario Comentarios reales de Antonio Cisneros, en este capítulo desarrollaré sobre los campos retóricos en la poesía de Cisneros y sobre la perspectiva de la crítica. Porque sin los dichos detalles, no podemos llegar a una mejor aproximación a ningún texto. En cuanto la perspectiva crítica, desarrollaré de una manera somera para no explayarme solamente en la opinión vertida por los demás. Sobre todo, mi objetivo es plasmar en el presente trabajo un análisis propio y buscar mi originalidad de la mejor manera sin caer en la repetición de ideas innecesariamente.


      1.1.  DEFINICIÓN DE CAMPO RETÓRICO



      De acuerdo Arduini, un campo retórico «es la vasta área de los conocimientos y de las experiencias comunicativas adquiridas por el individuo, por la sociedad y por las culturas»[4]. Como tal, agrupa un conjunto de experiencias individuales y colectivas producidas en base a dos elementos fundamentales: el hecho retórico y el texto retórico, los cuales son elementos producidos por el sujeto en el proceso de la comunicación, sea escrita o hablada. Lo planteado por Arduini, pues supera a cualquier definición del acto de interpretar un texto, porque no solamente se queda en la definición sobre una simple interpretación de un texto, sino, va más allá, sobre todo a las cualidades, idiosincrasias y culturas que se construyen en el proceso de la comunicación, porque todo texto, es producto del acto de comunicarse. Nada nace en el vacío, sino, nace sobre un objetivo o intención, por ejemplo, si yo escribo una obra literaria es con la finalidad de comunicar algo y a alguien, donde pues se producirán la interacción sea directa o indirecta entre del locutor y el alocutor. Por ello, la definición de Arduini sobre el campo retórico me parece muy acertada, porque busca agrupar en un solo campo todas las acciones comunicativas que generan mensaje, tipos de mensaje y la manera de cómo se trasmite dicho mensaje, de igual modo, el efecto que causa dicho mensaje.


      1.2.  LA POESÍA DE ANTONIO CISNEROS Y LA PERSPECTIVA DE LA
      CRÍTICA

      La poesía de Antonio Cisneros tiene una gran variedad de estudios, análisis y comentarios críticos, entrevistas, ensayos y artículos que pues, son muestra de la producción magistral del autor en cuanto se refiere a la poesía. Si realizamos una distinción con los demás autores de su época, es un autor que camina en lo solitario y en su propio horizonte, sin desmerecer a los demás, es un autor con un objetivo más claro que los otros poetas. Mientras que otros poetas de su época tienen una mirada más reducida y limitada, Cisneros apunta hacia una mirada más universal, intenta hacer de la poesía un instrumento eficaz que materialice discursos hegemónicos pero a la inversa. Por ejemplo, en su poemario Comentarios reales, ya se  ve esa intención universalista de no hablar solamente de sí mismo, sino, hablar de un conjunto de personas, hablar de la otra cara de la historia. No se queda simplemente en un “yo”, sino, siempre busca un “otro” a quien ridiculizar y disparar bajo el arma eficaz de la poesía. Es un autor que está convencido de su capacidad de dibujar un mensaje crítico con sus versos, es un autor que busca revelarse con lo puro, oficial y puritano. Para Cisneros, la poesía debe de ser un arma para desmitificar o bajar de su peldaño brilloso a un objeto considerado formal por los dominantes o dominadores, no solamente la poesía debe de quedarse en una simple expresión o juego de palabras, sino, debe buscar la trascendencia en el imaginario de la sociedad.
      Estoy de acuerdo con la opinión del profesor Hildebrando Pérez de que la obra lírica de Antonio Cisneros, sobre todo a partir de los años 70’, lo perfila como de los mayores poetas en lengua española y uno de los más traducidos a otros idiomas modernos, hecho de que lo distingue dentro de su marco generacional[5], porque ya, desde sus primeros poemarios, Destierro (1961) y David (1962), ya se ve su calidad, su madurez y el dominio léxico con una mirada conversacional. El poeta no intenta complicarse en la búsqueda de un lenguaje complejo, sino, mas bien, trata de ubicarse dentro de un lenguaje alturado y con ello, logra aproximarse a la sociedad con mayor facilidad.
      Muchos críticos afirman que Cisneros recibió el impacto de la poesía de Brecht y de la poesía angloamericana, por ejemplo, Antonio Cornejo Polar, afirma que Cisneros asimiló muy temprano ambas lecciones y que en la tarea de construir su propia tradición, encontró a Eguren como su maestro predilecto[6]. Según el mismo crítico, sensibilizado por las lecturas precoces de Eguren, Cisneros estaba bien preparado para asimilar el objetivismo narrativo de Brecht y la moderna poesía angloamericana[7].


      Según Julio Ortega, la poesía de Antonio Cisneros se desplaza entre los discursos de nuestro tiempo al modo de un instrumento de registro extremadamente sensible y también se inclina a un carácter dialogante[8]. A la vez Ortega afirma de que en sus primeros libros Cisneros plasma una visión totalizadora de la poesía con un optimismo en la palabra y con un claro influjo de Pound, confronta dichas opciones agudizadas tanto en el Perú y en América Latina por la gravitación de la Revolución Cubana y la muerte de Javier Heraud (1963)[9].
      En cambio María Luisa Fisher afirma que la poesía de Cisneros intenta inscribirse en la historia, intenta reinscribir la historia tanto en la que ésta tiene de  actualidad e inmediatez, como en su posibilidad de ser memoria, reconstrucción y revisión del pasado más distante. Y al hacer referencia sobre el poemario Comentarios Reales a que nos hemos propuesto analizar, Fisher afirma que dicho poemario reescribe la historia del Perú, para desmentir y criticar la versión oficial que de ella circula. Con lo cual, también estoy de acuerdo, porque el objetivo de dicho poemario es reescribir la historia de otra manera, desde otro horizonte, desde el espacio de los olvidados, poniendo en un relieve crítico y irónico a la historia oficial.
      Antonio Zapata, es uno de los críticos que ha tomado bastante interés en la poesía de Cisneros, quien aparte de organizar y editar algunos diálogos, comentarios y artículos que hemos citado anteriormente, también participa con su interesante artículo: “La poesía urbana de Antonio Cisneros”, donde plantea que los textos de Cisneros establecen un diálogo continuador con los textos de Baudelaire y de Darío, es de decir hay una intertextualidad en cuanto el desarrollo temático sobre el malestar que ocasiona el crecimiento y la incomunicación urbana[10]. Podemos continuar mencionando la opinión de más críticos, pero para no extendernos mucho en la opinión de los demás, basta lo desarrollado en los párrafos anteriores.


      1.3. LA POESÍA CONVERSACIONAL EN CISNEROS


 

      Desde los años 60 hasta nuestros días, múltiples son los estudios que se han escrito sobre una vertiente de la poesía que empezó a nacer en los años 60 con gran fuerza en toda América Latina y que, sin duda, con muchas transformaciones y variantes, se sigue escribiendo en estos momentos. Sin duda, Cisneros, no fue ajeno a ello, es un poeta que hace de lo suyo el aspecto conversacional en su poesía, puesto que, dicha técnica fue muy popular en América Latina. Tal vez es la tendencia poética que más impacto ha producido en los lectores de nuestros días por su acercamiento a lo coloquial y a la lectura entretenida, con ello, sin caer en la vulgaridad, sobre todo logró despertar el interés en el lector de sentirse familiarizado con el lenguaje poético de la época. Tal como lo dice su nombre esta es una poesía que se construye reproduciendo formas y estructuras propias de la conversación cotidiana.  La Poesía Coloquial o Conversacional es la antítesis de la poesía hermética, críptica y retórica[11]. La poesía conversacional se torna interesante no solo porque permite un acercamiento ameno al lector, sino, también porque ha permitido musicalizar dichos poemas. La poesía conversacional se proyecta a la aventura de porvenir sin demasiado cuidado por la definición.


      El término de la poesía coloquial o conversacional fue acuñado por Roberto Fernández Retamar[12]. La mayoría de estos trabajos, centrados en el estudio específico de poetas conversacionales, coinciden en afirmar que se trata de una poética diferenciada de la que se venía creando en Hispanoamérica: existe un afán de llegar al lector e implicarlo, de aludirlo y no eludirlo, como tantas veces ha ocurrido en la historia de la poesía. Se propone un nuevo tipo de lectura, más próximo a la cotidianeidad. Hay un acercamiento a la naturalidad, tan propia en la expresión oral, gracias a las frecuentes fusiones en los poemas de elementos procedentes de distintos géneros y la utilización de diferentes códigos lingüísticos que buscan como alternativa impresionar al lector para, mediante la combinación de frases hechas de giros coloquiales transfigurados, citas de personajes conocidos, de canciones populares o de moda, generar un guiño de complicidad que se completa con un marcado compromiso, evidente en casi todos los poetas coloquiales[13]. Los escritores como y poetas como Sabines, Dalton, Cardenal, Benedetti, Salazar Bondy, Gelman, Urondo, Fernández Retamar, Cisneros, etc., buscan en última instancia la revelación de la realidad, un efecto poético espontáneo que sin escapar de la estética hable con voz propia de la inmundicia; la poesía se viste así de humilde decencia cotidiana para manifestarse contra la injusticia, sin renunciar por ello a una cuidada elaboración formal y a temas cargados de intimidad[14]. Pero la poesía conversacional no es exclusiva de los años 60’ o de nuestra época, sino, ya fue desarrollada en épocas anteriores por los poetas como Marcial, Catulo, Campoamor, Pezoa Véliz[15], etc., pero a diferencia de las épocas anteriores, en los años 60’ se vuelve más popular poniendo a un lado el lenguaje culto y rebuscado se logra dar prioridad a un lenguaje que el lector se familiariza rápidamente.
      Las características de la poesía conversacional según Fernández Retamar[16], en resumen, serían los siguientes:
§  La Poesía Conversacional se define positivamente, es decir, no parte contra algo, sino que postula que debe ser una poesía que llegue al hombre común y para eso utiliza el lenguaje de la conversación habitual.
§  La Poesía Conversacional no se define del todo.  Dentro de ella caben muchas corrientes diferentes.  Tampoco sus temas o tópicos son los mismos para todos los poetas conversacionales.
§  La Poesía Conversacional puede ser grave, tocar temas de profundo dramatismo, por ejemplo: los detenidos-desaparecidos, los explotados, los torturados, etc.
§  Pudiendo ser seria, no cae en la solemnidad arcaica.  Es sencilla.
§  Es una poesía que tiene clara conciencia de que es un vehículo de transmisión de ideas políticas, religiosas, eróticas.  Es opuesta a la poesía escéptica.
§  Muestra la sorpresa o el misterio de lo cotidiano.
§ 


No se encierra en fórmulas.  Es muy amplia en las posibilidades de realización.
      CAPÍTULO II

      2.   LOS CAMPOS FIGURATIVOS EN EL POEMARIO COMENTARIOS

      REALES


      En el primer capítulo he desarrollado sobre los campos retóricos en la poesía de Cisneros y la perspectiva de la crítica, donde pues he abordado sobre la opinión de algunos críticos y la presencia de la poesía conversacional en Cisneros, quien en base a dicha técnica busca reescribir la historia peruana de otro modo valiéndose de la ironía y la desmitificación. En este capítulo desarrollaré sobre los campos figurativos presentes en el poemario Comentarios Reales que, gracias a ello, me aproximaré de la mejor manera a la idiosincrasia y los valores lingüísticos que subyacen en la mencionada obra.

      2.1.   DEFINICIÓN DE CAMPO  FIGURATIVO.


      Como adelanté en la introducción, un CAMPO FIGURATIVO es un bagaje cultural cognitivo que organiza conceptos y expresiones de acuerdo su semejanza, relación y significado. Los campos figurativos más representativos son seis: metáfora, metonimia, sinécdoque, antítesis, repetición y elipsis. Cada uno de estos campos figurativos se subdivide en otras figuras retóricas. Dentro de la METÁFORA está presente la matáfora propiamente dicha, la catacresis, símbolo, emblema, alegoría, similitud, personificación y la parábola. La METONIMIA está conformada por otros tipos de metonimia (efecto-causa, causa-efecto, etc.), la SINÉCDOQUE también guarda dentro de ella, un conjunto de sinécdoques (parte-todo, todo-parte, verbigracia, etc.). En cambio la ANTÍTESIS es un campo figurativo que agrupa figuras que se fundamentan en la contradicción, están incluidas en ellas figuras como: negación, inversión (hipérbaton), ironía, oxímoron y paradoja. De igual modo la REPETICIÓN agrupa varias figuras: la repetición en su sentido estricto, la amplificación, la anadiplisis, el clímax, quiasmo, postposición, la anáfora, la epifora, el polisíndeton, la paranomasia y otras figuras más. El último campo figurativo, la ELIPSIS o RETICENCIA que consiste en la falta de algo, de una o varias palabras, está compuesto por: la reticencia, el asíndeton, el zeugma y otros campos figurativos[17].

      2.2.   LA ANTÍTESIS Y OTROS CAMPOS FIGURATIVOS

      En el poema de Cisneros es muy recurrente la antítesis, sobre todo con la presencia de la ironía, tanto a nivel textual y contextual, porque en ambos casos, se quiere decir lo contrario de lo que se dice. Por ejemplo, en la mayoría de los poemas de Comentarios Reales, en la intención de ridiculizar y desmitificar lo desarrollado por la historia oficial, el locutor se vale de la ironía.


      Lo interesante de la poesía de Cisneros es que podemos analizar desde diferentes perspectivas. Por ejemplo si queremos considerar al poemario como un todo, hallamos las cuatro partes del texto argumentativo: exordio, narración, argumentación y peroración. Donde el locutor a lo largo de todo el poemario intenta convencer al alocutario sobre la falsedad de la historia oficial, desmintiendo lo desarrollado a lo largo de los tiempos pasados por historiadores oficiales y, gracias a la ironía  (antítesis) argumenta que también los personajes anónimos merecen ser nombrados, reconocidos y valorados. A mi opinión el exordio está comprendido por el “Antiguo Perú”, la narración por “Hombres, obispos, soldados”, la argumentación por “algunos muertos” y la peroración por “Nuestros días” y el “Epílogo”. Donde también la argumentación se entrecruza con la narración dentro del desarrollo de los poemas. Con ello, nos damos cuenta de que la poesía de Cisneros pues tiene carácter narrativo y argumentativo predominantemente. A parte de dividir el poemario en cuatro partes del texto argumentativo, también podemos continuar con la división de los poemas independientemente para un análisis más minucioso.
      A continuación, elegiremos los poemas más representativos de cada parte del poemario Comentarios Reales para un mejor análisis. Como bien sabemos, dicho poemario se divide en: “Antiguo Perú”, “Hombres, obispos, soldados”, “algunos muertos”, “Nuestros días” y culmina con el “Epílogo”. Veamos el primer poema de “Antiguo Perú”:

Paracas
Desde temprano,
crece el agua entre la roja espalda
de unas conchas

y gaviotas de quebradizos dedos
mastican el muymuy de la marea

hasta quedar hinchadas como botes
tendidos junto al sol.

Sólo trapos
y cráneos de los muertos, nos anuncian

que bajo estas arenas
sembraron en manada a nuestros padres.
      (Pág. 47)

      El poema anterior podemos dividir en cuatro partes. Los tres primeros versos conforman el exordio porque sirve de introducción al poema y, la tercera estrofa (versos 4 y 5) forma la narración, los versos 4 y 5 nos narran sobre la actitud de las gaviotas. La argumentación está presente a mi opinión en los versos 6 y 7, porque allí nos fundamenta de que las gaviotas a causa de masticar el muymuy de la marea quedan hinchados. El poema cierra con la peroración inicial (versos 8 y 9) y final (versos 10 y 11) que como especie de conclusión el locutor nos anuncia que en la tranquilidad de la naturaleza de Paracas, se guardan grandes sucesos que la historia oficial no nos cuenta, pero, a pesar de ello aún hay presencia de cráneos que nos anuncian sobre la masacre de nuestros antepasados.
      El poema “Paracas”, similar que los poemas consecuentes, ya desde el título nos anticipa su carácter de poema argumentativo y con un claro predominio de la narración, ya nos anticipa de qué van a tratar los versos y, en torno a ello, gira el conjunto del poema. Recordemos un poco sobre el título: Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo denominado Formativo Superior u Horizonte Temprano, que se desarrolló en la península de Paracas, provincia de Pisco, región Ica, entre los años 700 a. C. y 200 d. C. Es contemporánea en parte con la cultura Chavín que se desarrolló en el norte del Perú. En la historia oficial principalmente sobre Paracas se menciona sus habilidades y virtudes en cuanto la trepanación craneana y la textilería, más no de los sacrificios que se realizaban, ni mucho menos de las muertes de nuestros antepasados sembrados en manada que Cel locutor del poema nos anuncia. El poema argumentativo, sobre el ambiente actual de Paracas, nos manifiesta que todo está natural en un espacio donde nuestros antepasados hicieron historia. Pareciera como si nada haya ocurrido, porque no hay señales de lo que sucedió con nuestros antepasados a comparación de unos cráneos regados sobre las arenas que nos anuncian que mucha gente fue sacrificada y tratada como animales. Esto no anuncia la historia oficial, pero sí la función argumentativa que cumple el poema.
      También cabe señalar que en los versos del poema “Paracas” aparte de la ironía, están presentes las metáforas adjetivales[18] (“la roja espalda de unas conchas/ gaviotas de quebradizos dedos”), los cuales son muy recurrentes casi en la mayoría de los poemas de Comentarios Reales.
      Veamos ahora el carácter argumentativo en el segundo poema de la primera parte del poemario:
Pachacamac


Todavía la tierra entre mis dedos
y esta dura paja, me entristecen.
Aquí, el constructor hundía sus rodillas
en la arena, o espantaba
muchachos de quemadas espaldas,
merodeadores de estanques y terrazas.
No han llegado las balsas,
ni los viejos con sus gorros peludos,
su cinta de colmillos. Apenas
unas lagartijas arrugadas y verdes
se acuestan en los muros, orinan
casi a diario sobre el pellejo
del sabio constructor.
(pág. 48)

      En el poema anterior, el exordio está comprendido entre los versos 1 y 2, donde a modo de introducción el locutor nos anuncia su nostalgia a consecuencia del recuerdo por el pasado. A comparación del poema “Paracas” aquí ya cambia el orden, porque después del exordio continúa la argumentación que inicia en el verso 3 y culmina en el verso 9, donde el locutor  nos anuncia dos temas: el trabajo del constructor, sus molestias ante unos muchachos que no trabajan y, nos anuncia que no han llegado a esta zona los viejos con gorros peludos y cinta de colmillos[19]. La narración está presente al parecer en los versos 10 y 11, porque nos describe sobre la característica de las lagartijas y sobre su paradero (se acuestan en los muros).


      Para entender mejor las intenciones del locutor representado  que se dirige a un alocutario no representado recordemos un poco sobre  Pachacamac, un centro ceremonial muy importante en la época prehispánica que de acuerdo la mitología inca, Pachacámac o Pacha Kamaq (en quechua: Soberano del mundo) era un dios, reedición de Wiracocha, el cual era venerado en la costa central del Imperio inca. Considerado "el creador" en las culturas Lima, Chancay, Ichma, Huari y Chincha. Dicho espacio sagrado es desacralizado en la argumentación del poema y narrado de modo inverso a lo oficial, el locutor no afirma la existencia de un dios telúrico, sino, afirma lo no narrado por la historia oficial, imagina hechos y revive el pasado de un modo más humano. Gracias al recurso retórico de la ironía (antítesis) se humaniza lo sagrado, de lo elevado se lleva a un lado más cotidiano y simple, donde hay una clara intención de desmitificar el pasado en la acción de actualizar en el presente.
      Cisneros ubica al Dios Pachacamac al nivel del hombre común, incluso no tan útil, más que espantar a muchachos de quemadas espaldas que merodean en los estanques y terrazas, ni siquiera ahuyenta a muchachos hábiles y forjadores de la sociedad, sino, a muchachos que pierden el tiempo sin hacer nada productivo. Mientras ocurre esto, los españoles, “los viejos con sus gorros peludos” no se asoman aún a dicho espacio. Lo cual es evidente en los versos posteriores del poema anterior. El Dios Pachacamac, según el poema es un hombre cualquiera, es supuestamente un constructor, pero un constructor a quien ni siquiera respetan los animales, más al contrario «unas lagartijas arrugadas y verdes, orinan/ casi a diario sobre el pellejo/ del sabio constructor» (Ibídem). Irónicamente y con tono de burla, la intención del poema argumentativo es mostrar al Dios Pachacamac como a un simple ser.
      En cuanto las figuras retóricas, similar que el primer poema, en “Pachacamac” hay presencia preponderante de la ironía y, está cubierta casi en su totalidad por la metáfora, donde podemos hallar la metáfora adjetival («muchachos de quemadas espaldas/ lagartijas arrugadas y verdes»).
      En los poemas anteriores, ya hemos realizados las respectivas divisiones del poema argumentativo, a continuación analizaré dos poemas más para pasar a la segunda parte del poemario, pero lo haré de una manera somera para no extenderme mucho.

 Trabajadores de tierras para el Sol

Sabían
que el sol
no podía
comer
ni siquiera
un
retazo
de choclo,
pero evitaron
el fuego,
la estaca
en
sus
costillas
(pág. 49)



      En el poema anterior, hay presencia de un alocutario representado en el sujeto tácito (en el pronombre “ellos”) a quien el locutor hace alusión sobre la conciencia que tenían los indios (lo cual está implícito)  sobre el atropello que sufrían pero que no se quejaban por temor a sus vidas. A cambio, la historia oficial anuncia sobre la  ignorancia de los indios y su aparente obediencia. Aquí el locutor eleva al alocutario a un estatus considerable y reafirma el atropello que sufrían (ellos) por temor a sus vidas, siendo conscientes de que no había nada sagrado por quien trabajar. En el poema hay una intención de mostrar la importancia de los que realmente trabajaban y eran el sostén del Estado, no tanto porque eran ignorantes, sino, porque temían la represión del más pudiente o de los más pudientes. De acuerdo los datos históricos, como bien sabemos, las Tierras del Sol[20] o para el Sol, eran aquellas tierras destinadas al sustento de los miembros del culto: los sacerdotes y las acllas, y para la obtención de productos destinados a las ofrendas de los dioses en los días festivos. Según el poema anterior, realmente los trabajadores eran conscientes que dicha actividad no era para un Dios vivo, sino era para el beneficio del Estado. En este poema hay una visión social, incluso rebelde. Responde a la pregunta implícita ¿Quiénes trabajaban para las tierras del sol? Los hijos del pueblo, trabajaban sabiendo «que el sol no podía  comer siquiera un retazo de choclo» (Ibídem). Entonces ¿por qué trabajaban? Porque querían evitar los castigos del quien domina (Inca). De acuerdo la historia oficial, el Imperio Incaico era ordenado, justiciero, había igualdad, pero, el locutor en la argumentación del poema afirma lo contrario o por lo menos intenta demostrar lo contrario amparándose al conocimiento y la inteligencia del alocutario. En este caso, el poema nos muestra lo contario, una historia diferente y cruda, sin panfletismo. Incluso me atrevería afirmar que el poema nos trasmite un mensaje implícito de que el Estado incaico explotaba a la población para sus propios fines tomándolo de ignorante, dicho adjetivo era asumida por la clase trabajadora no porque lo eran realmente, sino, porque querían evitar represiones.
      La primera parte del poemario cierra un breve poema que resume los tres anteriores, titulado, “Antiguo Perú”:

Con ramas de huarango
Espantaban las moscas que crecían
Sobre el pecho de sus muertos.
En las praderas del templo,
Viejos curacas hacían el amor
Con las viudas, y un sol enrojecido
Achicharraba
Los huesos de sus hijos
(pág. 50)
      Como en los poemas anteriores, en este poema se desenmascara el pasado histórico que trasmite la historia oficial. El poema nos muestra la cara inversa del pasado, un pasado plagado de desorden y erotismo, provista de corrupción por parte de quienes dirigían. De acuerdo el poeta, el pueblo siempre ha sido oprimido, abusado y aprovechado. En esto, el poema argumentativo se presenta como un documento defensor, como el vocero de los más explotados, de los héroes anónimos y de los más débiles. No solamente se queda en la actitud desmitificadora, sino, va más allá, a una búsqueda de las verdades ocultas dentro de las falsas apariencias que el Estado siempre muestra al pueblo.
      En el párrafo anterior, ya hemos culminado con el análisis de la primera parte del poemario, ahora queremos rescatar algunos rasgos y campos figurativos de los poemas de la segunda parte de Comentarios Reales que justamente se titula “Hombres. Obispos, soldados”, inicia con el poema “Los conquistadores muertos”, dividido en dos partes.
I
Por el agua aparecieron
los hombres de carne azul,
que arrastraban su barba
y no dormían
para robarse el pellejo.
Negociantes de cruces
y aguardiente,
comenzaron las ciudades
con un templo.

II
Durante este verano de 1526,
derrumbóse la lluvia
sobre sus diarios trajines y cabezas,
cuando ninguno había remendado
las viejas armaduras oxidadas.
Crecieron también, negras higueras
entre bancas y altares.
En los tejados
unos gorriones le cerraban el pico
a las campanas.
Después en el Perú, nadie fue dueño
de mover sus zapatos por la casa
sin pisar a los muertos
ni acostarse junto a las blancas sillas
o pantanos,
sin compartir el lecho con algunos
parientes cancerosos.
Cagados por arañas y alacranes,
pocos sobrevivieron a sus caballos.
(pág. 51)

      La primera parte del poema argumentativo en cuanto el aspecto temático está divido en dos partes: la primera parte del verso 1 hasta el verso 5 que trata sobre el ingreso de los hombres de carne azul (españoles) representa el exordio y la segunda parte del verso 6 al 9 que trata sobre la actividad a que se dedicaban dichos sujetos de carne azul, lo cual asume tanto el rol de argumentación y narración, porque no solamente se queda en la explicación, sino también el locutor intenta narrar los hechos de los hombres de carne azul.
      En la segunda parte del poema también hay presencia de la narración (desde el verso 10 hasta el verso 19) y argumentación (del verso 20 al 26). El poema culmina con la propuesta de la peroración (versos 27 y 28) como especie de conclusión de que los hombres de carne pocos sobrevivieron a causa de la furia de la naturaleza (lo cual está representado por arañas y alacranes). Es muy importante en el poema la función que cumple la parte de la argumentación, donde el locutor desmitifica a la actitud de los hombres de carne azul que llegaron con ambición desmedido y con actitudes negativas, como es el caso de robarse el pellejo y, después de todo, obtuvieron con facilidad lo que quisieron y sin mucho sacrificio, pero sí pisando a los muertos (indígenas) matando a diestra y siniestra para obtener riquezas.
      Similar que los poemas anteriores y los poemas posteriores, este poema tiene un carácter argumentativo y narrativo predominantemente, sin ninguna duda, incluso la fecha que se menciona en el poema, coincide con el segundo viaje de Pizarro tal como se menciona en la historia oficial. Recordemos que en octubre de 1526, Pizarro y Almagro, con los dos barcos, partieron de Chochama hacia el Sur y llegaron al rio de San Juan. Mientras Almagro volvía por refuerzos a Panamá, el piloto Bartolomé Ruiz, exploró la costa sudamericana occidental hasta Coaque, en cuyo viaje capturó una balsa de indios tumbesinos con los cuales confirmó la existencia del Tawantinsuyo. «Durante este verano de 1526, / derrumbóse la lluvia / sobre sus diarios trajines y cabezas» (Ibídem). Es en esta fecha y con la captura de los indios tumbesinos comienza una pugna entre dos culturas en el actual territorio peruano, lo cual, se describe en el poema con un magistral y agudo análisis, en unos cuantos versos, todo un proceso histórico que duró varios años, con atrocidades, genocidios, violaciones y muertes permanentes. Después del ingreso de los españoles, en el Perú,  «nadie fue dueño / de mover sus zapatos por la casa/ sin pisar a los muertos» (Ibídem), incluso «Cagados por arañas y alacranes/, pocos sobrevivieron a sus caballos» (Ibídem) de los españoles.
      Hasta aquí, ya se hemos demostrado que en la primera y segunda parte de Comentarios Reales, hay un claro predomino de la antítesis, con mayor frecuencia  la presencia de la ironía y cuyo fin es desmitificar los procesos descritos por la historia oficial y reescribir la historia de otro modo, valiéndose del humor y el sarcasmo. De igual modo es recurrente la presencia de la metáfora, sobre todo metáforas adjetivales.
      También es pertinente mencionar que la segunda parte del poemario tiene una estrecha relación con la segunda parte del texto colonial del Inca Garcilaso de la Vega. Cosa que no ocurre en la tercera parte, donde el contexto histórico es más contemporáneo, casi posterior a la publicación de la segunda parte del libro de Garcilaso. Donde más se resalta el accionar de los más oprimidos a causa de la explotación y los tratos inhumanos. Son campesinos, personas que trabajan en las minas quienes se levantan y defienden sus tierras por sentir a los españoles «como una mosca vieja entre sus hombros»  (pág. 66).  En el siguiente poema titulado “Túpac Amaru relegado” (pág. 67), hay una crítica muy dura sobre la mala manera de reconocer a nuestros héroes, si reconocemos, lo hacemos de una manera equívoca, premiamos a los que más apariencia tienen, pero ¿quiénes promueven esa mala manera de hacer historia?, el sistema oficial, el sistema dominante. Por ello «Hay libertadores/ de grandes patillas sobre el rostro,/ que vieron regresar muertos y heridos/ después de los combates» (Ibídem) para luego ser venerado y considerado héroes, cosa que Cisneros desenmascara por ser una farsa creada y fomentada por la historia oficial manejada por los dominantes (gobernantes) a su antojo. Los verdaderos héroes —nos dice el poeta— no han tenido la misma suerte de ser recordados de una manera considerable como esos falsos libertadores que se valieron del pueblo para luego ser ensalzados. Si se ha intentado reconocer el sacrificio del pueblo, se ha hecho de una manera más ínfima, por ejemplo, «Otros sin tanta fortuna, han ocupado/ dos páginas de texto/ con los cuatro caballos y su muerte» (Ibídem).
      Por último, la cuarta parte del poemario “Nuestros días” cierra con tres poemas (“Descripción de plaza, monumento y alegorías en bronce”, “Javier Heraud”, “Héroe de nuestros días”) y más un poema titulado “Epílogo”. En el primer poema: “Descripción de plaza, monumento y alegorías en bronce” (pág.71) están presentes los campos figurativos de la metáfora, de igual modo predomina la ironía para desmitificar el accionar del libertador y la forma en que ha quedado sus hazañas, solamente grabados en «verde bronce y blanco por los pájaros» (Ibídem), es decir, no solamente el libertador está casi en el olvido, sino también es bañado por el excremento de los pájaros que le pintan de blanco al monumento. En cambio en el poema “Javier Heraud” (pág. 72) se exalta la figura del sujeto con un tono, no tanto irónico, sino mas bien, grave y nostálgico. La caracterización al sujeto en dicho poema se realiza como especie de añoranza, incluso me atrevería afirmar que hay huellas vallejianas presentes en el poema, a pesar de que en algunas entrevistas, Cisneros manifiesta que no fue Vallejo su poeta predilecto.



      CAPÍTULO III

      3.  LOS INTERLOCUTORES, LAS TÉCNICAS ARGUMENTATIVAS Y UN   
      ACERCAMIENTO A LA ORGANIZACIÓN Y LA COSMOVISIÓN DEL 
      POEMARIO.

      En el primer capítulo desarrollé acerca de los campos retóricos en la poesía de Cisneros y la perspectiva de la crítica, donde también he tratado de abordar sobre la opinión de algunos críticos y la presencia de la poesía conversacional en Cisneros, quien en base a dicha técnica busca reescribir la historia peruana de otro modo valiéndose de la ironía y la desmitificación. En el segundo capítulo desarrollé sobre los campos figurativos relevantes en el poemario, donde traté de resaltar la presencia de la antítesis con su figura retórica predominante de la ironía, de igual modo sobre el predominio de la metáfora, sobre todo la metáfora adjetival, los cuales me han permitido aproximarme a la idiosincrasia implícita que guarda el texto dentro de los campos retóricos y los campos figurativos. En el tercer capítulo abordaré sobre los interlocutores, las técnicas argumentativas y trataré de desarrollar sobre la organización del poemario, de igual manera intentaré aproximarme a la cosmovisión que configura el texto argumentativo.


      3.1.   LOS INTERLOCUTORES Y LAS TÉCNICAS ARGUMENTATIVAS.

      En el poemario Comentarios Reales, en su conjunto, hay presencia del locutor y alocutario tanto representado y no representado. Donde el primero intenta trasmitir al segundo de una manera irónica las falencia y el engaño que la historia oficial guarda en sus páginas, sin reconocer el sacrifico de los héroes anónimos o víctimas anónimas que perdieron sus vidas a causa del sistema dominante, no solo a partir de la llegada de los españoles, sino, desde mucho más antes, desde la época preínca. Por ejemplo en el primer poema “Paracas”  de la primera parte del poemario (“Antiguo Perú”) el locutor no representado desmitifica, gracias a la ironía, lo que la historia oficial engrandece y considera como a una gran cultura muy bien organizada que practicaba una admirable textilería y la trepanación craneana, como un espacio que anuncia que bajo esas arenas «sembraron en manada a nuestros padres» (pág. 47). En cambio en el siguiente poema, “Pachacamac” (pág. 48) de la misma sección del poemario, hay un locutor representado en primera persona singular, por ejemplo, lo dicho podemos corroborar en los siguientes versos: «Todavía la tierra entre mis dedos/ y esta dura paja, me entristecen». Hay presencia de un locutor representado en los versos anteriores, como un locutor que observa y es testigo de un acontecimiento.
      De igual manera hallamos la presencia de un alocutor representado en algunos poemas, por ejemplo en el poema “Trabajadores de tierras para el sol” (pág. 49) de la primera parte del poemario, podemos rescatar lo dicho: «SABÍAN/ que el sol/ no podía/ comer/ ni siquiera/ un/ retazo/ de choclo/, pero evitaron/ el fuego,/ la estaca/ en/ sus/ costillas». El alocutor representado está presente en el sujeto tácito “Ellos”. El locutor alude a que “ellos” sabían que el sol no podía comer, pero aún así obedecían por temor a los castigos y represalias. También la presencia de un alocutor representado hallamos en la último poema de la primera parte “Antiguo Perú”: « (ellos) Con ramas de huarango/ espantaban las moscan que crecían/ sobre el pecho de sus muertos» (pág. 50).
      Un poema que mejor nos ilustra sobre la presencia de un locutor y alocutor tanto representado y no representado es el poema “Oraciones de un señor arrepentido” que agrupa dentro de ella varios poemas como especie de sub-poemas y con un subtítulo cada una. En dicho poema resaltan los cuatro tipos de interlocutores, por ejemplo en la primera parte, subtitulado “Cuando el diablo me rondaba anunciando tus rigores” hay presencia de un locutor representado «Señor, oxida mis tenedores y medallas, pica estas muelas,/ enloquece a mi peluquero, los sirvientes/ en su cama de palo sean muertos, pero líbrame del diablo» (pág. 57). En los versos anteriores el locutor representado pide al Señor a que le libre de las desgracias, donde al parecer alude sobre la presencia de un español, lo cual, podemos cerciorarnos al leer todos los versos de esta parte. Además sabemos que los españoles fueron quienes nos trajeron el concepto de diablo, antes, nuestro antepasados tenían otro tipo de creencias. Y en la cuarta parte del mismo poema (“Cristo en el matadero”), hallamos un alocutor representado: «Cuando (tú) hablaste/ del amor y repartías/ la paz y los pescados,/ se acercaban/ para amarte, Señor/ amable y sabio» (pág. 59). Donde el locutor no representado increpa al alocutor representado que en algunos casos la bondad no trae más que problemas, por ejemplo Cristo repartió, según el locutor, paz y amor para luego ser recompensado con el castigo y con su posterior crucifixión, lo cual, está muy evidente en los versos posteriores del mismo poema. La profecía de Cristo no solo ha sido negativo para él, sino también para las posteriores generaciones porque sus «palabras se hicieron estropajos,/ tambores pellejudos/ que anuncian/ negocios y matanzas» (Ibídem).


      En cuanto las técnicas argumentativas presentes en el poemario, personalmente me asombra y me emociona, sobre todo, la preocupación del locutor por la igualdad de trato, de justicia y simetría, porque a fin de cuentas, todos somos humanos. Pueda que los cargos y estilos de vida nos coloquen entre una mirada asimétrica entre los seres humanos, pero todos somos seres humanos que sentimos frío, hambre y calor; somos seres que sentimos dolor, lloramos, vivimos y luego morimos. Esto es lo que implícitamente quiere resaltar en sus poemas el poeta Cisneros. En ese lenguaje desmitificadora e irónica hay una intención de búsqueda de justicia[21], de igual modo el poeta es recíproco con los más olvidados, con los marginados y, por ello, baja de sus altares no solo a Cristo, sino también a otros personajes que la historia peruana resalta como personajes virtuosos, por ejemplo, vemos ello cuando el poeta desmitifica la figura de Toledo llevando a punto más bajo de lo que tiene o se menciona en las páginas de los libros de historia. Por ello, implícitamente los pensamientos cuasi lógicos que fluyen en los versos del poema, apuntan a buscar la simetría en cuanto la aplicación temática y en la intención de reescribir la historia de otro modo, se intenta reordenar lo ordenado en las páginas de la historia, pero desde otro punto de vista, desde el otro ángulo y, con ello, se logra trazar un nuevo horizonte en el quehacer poético. En el poema, fluyen de una manera asombrosa dos pensamientos cuasi lógicos, la idea de justicia y la idea de reciprocidad, no de una manera directa, sino, dicho tipo de pensamiento está en modo subyacente. Entonces en el imaginario cuasi lógico del poeta se intenta plasmar, por ejemplo, si la historia oficial configura asimétricamente a la sociedad, en los versos de Cisneros, se ironiza y se desmitifica de una manera simétrica, ya que al bajar del trato elevado a algunos personajes ilustres en relación a la sociedad olvidada y marginal, se lleva a dichos sujetos ilustres a un punto más humano, ni siquiera el dios cristiano se salva de dicho objetivo.
      Por lo tanto, en la poesía de Cisneros, hay cuatro tipos de interlocutores, como hemos podido ejemplificar: un locutor y alocutor tanto representado y no representado. Dentro de los cuales, donde hay presencia de un locutor representado, hay presencia de un alocutor no representado. De igual modo, si en un poema de Cisneros se presenta un alocutor no representado implica necesariamente la presencia de un locutor no representado y así en forma viceversa. Y en cuanto la presencia de las técnicas argumentativas, sobre todo, resaltan de una manera subyacente, la idea de justicia y reciprocidad, donde los argumentos cuasi lógicos reconstruyen y reescriben la historia de otro modo, desde el ángulo de los más olvidados y con un claro diálogo intertextual con la historia preínca, colonial y sucesos contemporáneos, como es el caso de la muerte de Javier Heraud.

      3.2.  UN ACERCAMIENTO AL TÍTULO Y LA ORGANIZACIÓN DEL
      POEMARIO
     
      También cabe recalcar que para analizar los Comentarios reales de Antonio Cisneros debemos de tomar en consideración los títulos de los poemas y tratar de contextualizar con los hechos que nos trasmite la historia oficial, sin dicho detalle, es casi imposible llevar a cabo un buen análisis. Fijémonos nada más en el título Comentarios reales, como bien sabemos, el Inca Garcilaso de la Vega escribe su obra Comentarios reales de los Incas, aunque no necesariamente Cisneros haya tomado en consideración dicha obra, hay una aproximación de una manera opuesta. Es conocido que la primera parte de los Comentarios reales de los Incas trata sobre el Perú prehispánico y que se complementa con una segunda parte titulada Historia General del Perú, que abarca la conquista española y el inicio de la colonia, y que fue publicada en 1617. De igual modo Cisneros se refiere al pasado prehispánico en la parte de “Antiguo Perú”, compuesta por cuatros poemas: “Paracas, Pachacámac”, “Trabajadores de tierras para el sol” y “Antiguo Perú”. En cambio en la segunda parte del poemario Comentarios reales, titulado “Hombres, obispos, soldados” específicamente en los poemas: “Los conquistadores muertos”, “Consejo para un viajero”, “Cuestión de tiempo” y “Canción de obrajes, bajo el virrey Toledo” y en otros poemas de la segunda parte, hay una relación opuesta[22] con la segunda parte de la obra del Inca Garcilaso de la Vega. No ocurre igual con la tercera parte del poemario, donde la temática ya nos tanto prehispánico ni hispánico, sino, la culminación de la colonización bajo la lucha de los precursores y hombres anónimos protagonizados por campesinos y gente de clase baja, con lo cual, intenta desmitificar Cisneros a los supuestos libertadores y protagonistas de nuestra historia como San Martín y Simón Bolívar.



      El título y la organización del poemario y de los poemas, no son en vanos, responden a una poética y a un sistema de técnicas argumentativas y argumentos cuasi lógicos que secuencian y convergen un diálogo intertextual con el pasado y con la obra de Garcilaso, con la finalidad de reescribir la historia de otro modo. Dicho de paso, esa técnica convierte a la obra en un conjunto de poemas con un síntoma narrativo y predominantemente argumentativo. No es gratuito también el carácter conversacional en algunos poemas, aparte de que tiene que ver con el estilo poético de la época, responde y guía a los poemas a la narración y la argumentación que logrará construir una obra sólida, pero a la vez una obra que se acerca y le abre las puertas a cualquier tipo de lector.
      Por último, quiero mencionar que la organización tanto de capítulos y los títulos responden a una organización planificada. Donde cada título es como el resumen o un adelanto de la temática que se van a desarrollar en los poemas, son como un resumen de algún suceso o como un título de un libro cualquiera de historia (el título del poemario) o como el título de un capítulo de algún libro (los títulos de las partes del poemario) y como subtítulos de los capítulos de un libro (título de los poemas), etc.

      3.3.   LA COSMOVISIÓN DEL POEMARIO

      La manera de ver e interpretar el mundo[23] en el poemario de Cisneros es de una manera irónica y crítica, con un claro intento de ridiculizar y a la vez reescribir la historia de otro modo. El diálogo que Cisneros entabla con el pasado nacional, desde las primeras culturas hasta el presente, es decir, mediados de la década de los sesenta, es de un modo desmitificador. La historia del Perú es sometida a una implacable disección verbal. Para ello, se recurre a la polifonía y al tono conversacional: ambos medios sacuden la memoria y le brindan al lector una experiencia más humana y, por lo tanto, más visceral de una trayectoria colectiva. Ésta, a menudo, ha sido tergiversada y moldeada a gusto de quienes se consideraron vencedores, por herencia, en el proceso de conquista. Sobre el  carácter desmitificador que configura la cosmovisión del poema, también es afirmado por el reconocido crítico Antonio Cornejo Polar, quien sostiene lo siguiente:

“En Comentarios reales, por ejemplo, es evidente el peso del pensamiento histórico contestatario que está determinando la desmitificación de la versión hispanista de la Conquista y la Colonia y que por entonces comienza similar trabajo con respecto a la Emancipación...” (Cornejo Polar, 1998: 127)


 

      Como bien afirma Cornejo Polar, en ese pensamiento histórico contestatario, Cisneros reivindica a la clase oprimida como un instrumento valioso por encima de los que fueron absorbidos por el pensamiento occidental. Lo cual podemos notar, por ejemplo en la tercera parte, donde se resalta el accionar de los más oprimidos a causa de la explotación y los tratos inhumanos. Son campesinos, personas que trabajan en las minas quienes se levantan y defienden sus tierras por sentir a los españoles «como una mosca vieja entre sus hombros»  (pág. 66). Dicha afirmación, también podemos corroborar en el poema titulado “Túpac Amaru relegado”, donde hay una crítica muy dura sobre la mala manera de reconocer a nuestros héroes, si reconocemos, lo hacemos de una manera equívoca, premiamos a los que más apariencia tienen, pero ¿quiénes promueven esa mala manera de hacer historia?, el sistema oficial, el sistema dominante. Por ello en las páginas de nuestra historia «Hay libertadores/ de grandes patillas sobre el rostro,/ que vieron regresar muertos y heridos/ después de los combates» (Ibídem) para luego ser venerado y considerado héroes, cosa que Cisneros desenmascara por ser una farsa creada y fomentada por la historia oficial manejada por los dominantes (gobernantes) a su antojo. Los verdaderos héroes —nos dice el poeta— no han tenido la misma suerte de ser recordados de una manera considerable como esos falsos libertadores que se valieron del pueblo para luego ser ensalzados. Si se ha intentado reconocer el sacrificio del pueblo, se ha hecho de una manera más ínfima, por ejemplo, «Otros sin tanta fortuna, han ocupado/ dos páginas de texto/ con los cuatro caballos y su muerte» (Ibídem).
      En conclusión, Antonio Cisneros, como en las dos obras anteriores, en esta obra se caracteriza por reescribir la historia de otra manera, diferente a lo relatado por los historiadores oficialistas. Lo cual, él mismo afirma en una entrevista realizada por la revista Lamás médula:
Uno de mis primeros libros se llama David y es la historia del rey de la Biblia contada al revés. Un poco dentro del espíritu de Bertolt Brecht, de contar la historia al revés, o sea, no los héroes sino los anónimos, pero el tema es un tema bíblico. Ahora, en Comentarios Reales tengo algunos poemas blasfemos y alguno que otro reivindicativo; El Cristo, por ejemplo. Pero el tema religioso siempre me ha interesado. Debo reconocer que a veces suena rara esta conjunción de espíritu justiciero, religioso, y por otro lado mi espíritu absolutamente hedonista[24].
      En la cita anterior  por la propia boca del autor, sabemos que sus obras tienden a contar la historia al revés y al estilo de Bertolt Brecht, lo cual, torna interesante porque da a la obra un matiz objetivo. Intenta sacudir lo escondido y desempolvar la verdad de los hechos pasados. Incluso me atrevería afirmar que la historia narrada por Cisneros son verdades escondidas por la historia oficial. Él intenta relucir lo escondido y lo oculto de una manera irónica. Si la historia oficial habla de maravillosos edificios Cisneros habla de escombros dentro de  esos edificios.
      El trabajo de Cisneros como poeta, es extraordinario. Porque por intermedio de sus versos lanza un golpe bajo al sistema oficial engañoso, perverso a causa de la herencia española que ha adquirido esa mala manera de vivir en falsas apariencias y ambiciones permanentes ocultando la realidad y pisoteando al pueblo. Dicho de paso, tampoco se salvan los dominantes del imperio incaico antes de la llegada de los españoles, también reciben su puya, específicamente en los poemas “Trabajadores de tierras para el sol (pág. 49)  y el poema “Antiguo”, donde se muestra la tiranía de los gobernantes incas y la sumisión de la clase dominada por temor a castigos y represalias.
      Aparte de crítico, con sus poemas, Cisneros se convierte en un poeta testigo que conoce muy bien la  verdadera historia, es un poeta consciente de la realidad y circunstancia que afrontan los oprimidos a causa de un sistema corroído y enfermo. Es un poeta que revive acciones pasados de una manera irónica y se convierte en un testigo implacable e incorruptible. Lo cual, confirma la última parte del poemario, “Nuestros días”, donde reluce temas de la actualidad pero con rezagos coloniales, una sociedad agitada, enferma, corrupta y animalizada a causa de los sistemas dominantes que siempre ocultan la verdad y solo trasmiten al pueblo las falsas apariencias, apariencias engañosas que cada vez corroe la moral de la sociedad.


 

      3.4. CONCLUSIONES FINALES.

      Las conclusiones más resaltante que he llegado y en forma de resumen son los siguientes: 
1.      En el campo retórico de los poemas de Cisneros predomina el carácter narrativo y argumentativo con el uso recurrente de la ironía, la metáfora y otros campos figurativos.
2.      La organización del poemario obedece a una intención narrativa y argumentativa, dicho de paso dialogan intertextualmente con las obras de Garcilaso.
3.      El título del poemario y de los poemas, no son gratuitos, obedecen a una intención, a una poética. Sobre todo la finalidad es reescribir la historia de otro modo y resaltar la imagen de los personajes poco relevantes gracias a la desmitificación de los personajes que nuestra historia resalta considerablemente.
4.      Comentarios reales, es otro modo de reescribir la historia, porque se basa en hechos del pasado pero de una manera antagónica y opuesta, valiéndose de la ironía, el sarcasmo y la desmitificación.
5.      Al plasmar una crítica y reelaborar la historia, el poeta se convierte en un testigo que observa todo desde un extremo de los hechos y con ello, revive y busca héroes anónimos o poco mencionados por la historia oficial.



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[1] Arduini, Stefano. Prologómenos a una teoría general de las figuras. Murcia: Universidad de Murcia, 2000, p. 47.
[2] Trato de poner en mayúscula los iniciales para resaltar mejor y por considerarlo como una disciplina.
[3] Cisneros, Antonio. Poesía reunida (1961-1992). Lima: Editora Perú, 1996.
[4] Arduini, Stefano. Op cit., p. 47
[5] Este apunte realicé en la clase que dictó el profesor Hildebrando el año pasado en el curso de Poesía Peruana Contemporánea.
[6] Cornejo Polar, Antonio. “La poesía de Antonio Cisneros: primera aproximación”. En la colección Metáforas de la experiencia: la poesía de Antonio Cisneros realizado por Miguel Ángel Zapata (editor). Lima: Fondo Editorial PUCP, 1998, p. 121.
[7] Ibídem, p. 122.
[8] Ortega, Julio. “La poesía de Antonio de Antonio Cisneros”. En la colección Metáforas de la experiencia: la poesía de Antonio Cisneros realizado por Miguel Ángel Zapata (editor), p. 132.
[9] Ibídem, p. 133.
[10] Zapata, Antonio. “La poesía urbana de Antonio Cisneros”. En Metáforas de la experiencia: la poesía de Antonio Cisneros, 1998, p. 245.
[11] Ulloa Sánchez, Oswaldo. Poesía Coloquial o conversacional. Hagamos un trato. Disponible en: www.poesias.cl/poesia_coloquial.htm, visto el 25 de junio de 2014.
[12] Fernández Retamar, Roberto. "Antipoesía y poesía conversacional en Hispanoamérica". Para una teoría de la poesía hispanoamericana y otras aproximaciones. La Habana: Casa de las Américas, 1975. p.111-126.
[13] Alemany Bay, Carmen. “Para una revisión de la poesía conversacional”. En Alma Máter (revista electrónica) Disponible en: www.sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones.
[14] Ibídem.
[15] Ulloa Sánchez, Oswaldo. Op. Cit. (www.poesias.cl/poesia_coloquial.htm).
[16] Fernández Retamar, Roberto. Op. Cit. P. 111-126
[17] Arduini, Stefano. Op. Cit. P. 47.
[18] Sobre este tema desarrollemos en la clase de Retórica y Estilística Literaria: “La metáfora según Pierre Fontannier”.
[19] Posiblemente el locutor se refiera sobre los habitantes de la zona andina, porque el gorro peludo, nos conlleva a suponer ello.
[20] He colocado en Mayúscula por tratarse de la divinidad y para resaltar mejor que se trata de un nombro propio, aunque con ello, tal vez rompa reglas que nos propones la RAE.
[21] Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyteca, en el Tratado de la argumentación. La nueva retórica, en el tercer capítulo relacionado  sobre las “técnicas argumentativas”, desarrollan sobre “La regla de justicia” y afirman que «la regla de justicia exige la aplicación de un tratamiento idéntico a seres o situaciones que se integran en una misma categoría» (pág. 340), algo similar, Cisneros desarrolla en su poesía la idea de justicia y plantea la aplicación de igual trato entre seres humanos al desmitificar a algunos personajes de nuestra historia. De igual modo, en el mismo libro de Tratado de la argumentación. La nueva retórica, se desarrolla sobre el concepto de “Argumentación de reciprocidad” (pág. 343) y se menciona que dichos argumentos realizan la asimilación de situaciones considerando que ciertas relaciones son simétricas (Ibídem), tal como Cisneros plantea en su poesía. Porque la idea de desmitificación, de algún modo nos muestra la búsqueda de justicia y reciprocidad, es decir, gracias a la mitificación, Cisneros baja de su peldaños a algunos personajes y lo coloca simétricamente al nivel de cualquier persona común.
[22] Digo opuesta, porque Cisneros narra en sus versos la misma historia pero de otro modo, a la inversa.
[23] La RAE define el concepto de “cosmovisión” como la manera de ver e interpretar el mundo.
[24]   Entrevista realizada en Lima por el argentino Néstor Colón. Revista Lamás Médula. Enero-Abril de 2010.