miércoles, 12 de noviembre de 2014

Desamor y amor en el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma. Una aproximación a la semiótica tensiva.

Desamor y amor en el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma.

Una aproximación a la semiótica tensiva.


Resumen: 
En el presente trabajo intento analizar  el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma, para lo cual he tomado como punto de apoyo lo desarrollado por la semiótica tensiva en sus diferentes perspectivas teóricas. Este trabajo será de mucha utilidad para los principiantes en semiótica, en cambio para los expertos en dicha disciplina científica, servirá simplemente como una idea. 
El “Cuento de marionetes”gira principalmente en base a dos temas a partir de dos presencias semióticas: el amor y desamor. En donde en la primera presencia, identificamos un amor no correspondido y casi imposible, en cambio en la segunda presencia si hay correspondencia y consumación del amor. En la primera presencia el rey sufre por el amor de Selene y en la segunda presencia Colombina sufre por el amor del rey, pero a comparación del primero, en la segunda presencia el sujeto logra obtener a su objeto de deseo


1. Identificación de la presencia.

La presencia es una cualidad sensible por excelencia y a la vez la primera articulación semiótica de la percepción (Fontanille: 2001, 37). Es el primer modo de existencia de la significación cuyo objetivo es siempre una meta por conquistar (Fontanille y Zilberberg: 2004, 117).
En el discurso del “Cuento de marionetes[1]”  podemos identificar dos presencias que configuran la significación[2]. La primera presencia es el rey (Pierrot) porque a partir de él se configura la significación en el conjunto del relato, teniendo en cuenta que «el primer acto del análisis de la significación consiste en la ubicación de la primera presencia que hace las veces de cuerpo propio y gestor de la semiosis» (Mondoñedo: 2009, 17). La segunda presencia es Colombina, quien también ayuda a organizar la significación en el discurso y, ella desea al rey, está enamorada perdidamente y quiere obtener a su amado a pesar de su negatividad, lo cual, logra al final del relato.

Cuando indagamos las presencias en el discurso, Colombina también toma un protagonismo importante, por lo tanto podría convertirse en la primera presencia, pero quien mejor organiza y es imprescindible en la organización de la significación en el discurso es el rey.  Tanto el rey y Colombina, son sujetos que desean un objeto, por ejemplo, el rey desea el amor de Selene: está perdidamente enamorado de ella, por su hermosa incomparable; de igual modo, Colombina desea el amor del rey, ella se muere por el amor de Pierrot.  En tal sentido, en la segunda presencia, el sujeto se convierte en el objeto de deseo, a la vez, aquí sí realmente llega a consumarse el amor, porque gracias a la ayuda del viejo gitano (el duque  de Egipto) Pierrot  observa con un aparato a la luna y ve que ya no es hermosa y se decepciona. Luego el rey recobra su estabilidad emocional y  acepta el amor de Colombina. Por lo tanto la organización y presentación de las presencias quedaría de la siguiente manera:




 

En la primera presencia de la significación el campo de presencia es amplio, extenso o difuso. Porque el rey observa a su amada imposible (la luna) desde el palacio hacia un lugar muy distante. Selene (la luna), no está próximo al rey, está en otro espacio, en otro plano de observación. En cambio, a comparación del primero, el segundo campo de presencia es menos amplio, porque el sujeto está más próximo al objeto de deseo, tanto el sujeto y el objeto de deseo están ubicados en el mismo plano y en el mismo espacio.

2. El desamor y amor en las dos presencias[3]
En la primera presencia prevalece un amor no correspondido (desamor), donde al principio la intensidad del sujeto hacia el objeto de deseo es muy fuerte, porque el rey incluso decide dejarse morir por el amor de Selene, luego la intensidad disminuye y se torna débil, cuando el rey observa por intermedio de un aparato que la luna no era hermosa como parecía ser. La intensidad se torna débil con la estabilidad emocional del rey y la extensidad es difusa (amplia).
En cuanto la extensidad, el rey observa a Selene a una distancia considerable (desde la terraza hacia el cielo), lo cual implica una extensión difusa por el hecho de que en el campo de presencia, ambos personajes ocupan las posiciones de mayor distancia, incluso, Selene es un objeto de deseo mudo (no habla en ningún momento), pero, a pesar de ello, el rey Pierrot intenta comunicarse y declarar su amor hacia ella. En tal sentido, la intensidad es débil, porque no hay intercambio de comunicación o diálogo entre el sujeto y el objeto deseado. El rey Pierrot, nunca logra conversar con Selene (la luna). Sin embargo, el objeto deseado cambia los estados de ánimo del sujeto, porque Pierrot, sube todas las noches a la terraza y pasa allí largas horas contemplando el cielo y sumido en la depresión y éxtasis, incluso decide dejarse morir si no encuentra el medio de traerle a la dama de sus cavilaciones y ensueños. Las emociones y sufrimientos del sujeto son intensos y profundos, pero no hay reciprocidad de comunicación por parte del objeto de deseo, sea negativa o positivamente, solo hay un mutismo.

Si quisiéramos hablar en términos de modalidad[4], en la primera presencia, el rey Pierrot es un sujeto apasionado del querer frente al objeto deseado, pero ese querer no se concreta con la satisfacción (con el poder), porque no logra obtener a su objeto de deseo, más al contrario, cuando, gracias a la intervención del duque de Egipto, descubre que Selene no es tan hermosa como solía verse, se decepciona y rompe con esa intensidad de amor, para luego adquirir la tranquilidad y convertirse en un objeto de deseo en beneficio de Colombina.  Por lo tanto, la intensidad y la extensión quedarían definidas de la siguiente manera:





En los gráficos anteriores, notamos que la intensidad y la extensidad se configuran de una manera inversa (Fig. 3), donde la zona de intensidad es débil y la zona de extensión es fuerte (o difusa), lo cual, de acuerdo los estilos de categorización desarrolladas por Fontanille en la Semiótica del discurso (Fontanille: 2001, 40-43) y en Semiótica y Literatura. Ensayos de método (Fontanille: 2012, 33-36), pertenecerían al estilo categorial familia. De igual manera las fronteras de la intensidad (Fig. 1) están determinadas por dos sucesos: cuando el rey sufre por el amor de Selene, la intensidad es fuerte; y cuando el rey observa que Selene ya no es hermosa, la intensidad se torna débil, dicha distancia de la intensidad está marcada por un no diálogo del sujeto con el objeto de deseo. También las fronteras de la extensidad están determinadas por dos espacios diferentes: la terraza de la corte y el espacio (cielo), los cuales hacen que la extensidad se torne difusa (amplia), ya que el sujeto de deseo y el objeto de deseo se hallan en espacio distintos.

En cambio en la segunda presencia, al principio el sujeto (Colombina) no logra obtener al objeto de deseo (el rey Pierrot), incluso no hay un buen diálogo porque el rey ignora a Colombina, donde la intensidad es débil y la extensidad difusa (el espacio de la corte, donde hay intercambio de miradas entre el sujeto y el objeto, es amplio), pero, esa intensidad débil al final se torna muy fuerte, cuando se logra un buen diálogo y se consuma el amor, gracias a la intervención del duque de Egipto[5] , quien con sus habilidades de gitano  y por cumplir el trato que hizo con Colombina ingresa a la terraza donde se halla el rey y le promete atraerle a su amada Selene con sus poderes. El gitano duque convence al rey (quien sufría de miopía) para que observe con un aparato a su imposible amor (Selene) y el rey, al observar a Selene «dio un grito, poniéndose espantosamente pálido, tambaleándose como si hubiera sentido dentro de sí la muerte súbita de algo. Dos o tres veces se separó del tubo para ver a la luna a la simple vista. A poco volviéronle los colores al rostro y reapareció en él la expresión truhanesca y alegre, que hacía tiempo había desaparecido» (Palma: 2006, 231-232). Después de que el rey se convence de que Selene no era la hermosa amada como solía imaginar, la intensidad aumenta (hay una mayor comunicación entre el rey y Colombina) y la extensidad se mantiene constante, porque el espacio donde se hallan tanto el sujeto como el objeto es amplio y ambos comparten el mismo espacio. Por lo tanto la zona de intensidad y de extensión son igualmente fuertes y de acuerdo el estilo categorial, conforman la serie (Op. Cit.). También es importante afirmar que la consumación del amor comienza cuando el rey, después de su desilusión amorosa por Selene, arroja el pañuelo hacia Colombina. Esta acción es sinónimo de un amor consumado, porque el rey se entrega en los brazos de Colombina y «ambos son muy felices». Arrojar el pañuelo es una acción de declaración amorosa y de aceptación, ya que con esto, ambos comienzan el romance. Por lo tanto, la intensidad y la extensión se graficaría de la siguiente manera:






En el gráfico anterior, notamos que la consumación del amor se da cuando el rey le arroja el pañuelo, como sinónimo de aceptación, a Colombina, por la tanto la intensidad es fuerte en tal circunstancia, en cambio, cuando aún el rey tenía una cierta indiferencia hacia Colombina, la intensidad era débil, porque no había un diálogo ni un buen entendimiento, en cambio, cuando el rey se decepciona de Selene y le arroja el pañuelo a Colombina, la intensidad cambia de tensión, se torna fuerte. Por lo tanto, las fronteras de la transformación intensiva se da de la siguiente manera: indiferencia del rey hacia Colombina (desamor) y, cuando el rey le arroja el pañuelo a Colombina, donde la intensidad se torna fuerte, porque ya hay una comunicación y diálogo entre el sujeto y el objeto de deseo (Fig. 1). En cambio en cuanto la extensidad, tanto el sujeto (Colombina y el objeto de deseo (rey), comparten el mismo espacio, pero cuando ambos actantes están en la alcoba del rey la extensidad es débil, pero cuando el rey sube a la terraza y contempla a Selene la extensidad es difusa, porque el espacio se amplifica, ya no es reducido.

3. Conclusiones
Se ha llegado básicamente a tres conclusiones resaltantes:
  1.     .     En el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma se desarrollan dos temas importantes: el desamor y el amor.
  2.      . En el discurso de dicho cuento podemos identificar dos presencias que configuran la significación. Donde el sujeto de la primera presencia se convierte en objeto de deseo en la segunda presencia.
  3.                   En la primera presencia se evidencia el desamor, porque el sujeto sufre por el objeto de deseo, lo cual no llega a consumarse. En cambio en la segunda presencia, el amor sí llega a consumarse, lo cual se da cuando el rey Pierrot le lanza el pañuelo a Colombina como sinónimo de aceptación amorosa.


4. Bibliografía.
BLANCO, Desiderio.
1999    “Vigencia de la Semiótica” en revista Contratexto. Lima: Universidad de Lima. (Versión digital en: http://www3.ulima.edu.pe/Revistas/contratexto/pdf/art1.pdf).

FONTANILLE, J. y Claude ZILBERBERG.
2004    Tensión y significación. Lima: Universidad de Lima / FCE.

FONTANILLE, Jacques.
2001    Semiótica del discurso. Lima: Universidad de Lima /FCE.
2012    Semiótica y Literatura. Ensayos de método. Lima: Universidad de Lima.

GREIMAS, A. J. y J. FONTANILLE.
1994    Semiótica de las pasiones. México: Siglo XXI.

MONDOÑEDO, Marcos.
2009    Semiótica del castellano. Lima: Facultad de Educación-UNMSM.

PALMA, Clemente.
2006    Cuentos malévolos. Lima: PUCP.




[1] He elegido este cuento de Clemente Palma del libro Cuentos malévolos (Palma: 2006, 226-233).
[2] En su artículo “Vigencia de la Semiótica”, Desiderio Blanco afirma que la significación supone un mundo de percepciones, donde el cuerpo propio, al tomar posición, instala globalmente dos macrosemióticas, cuya frontera puede desplazarse siempre, pero que tiene cada una su forma específica (Blanco: 1999, 4).
[3] Desarrollaré tomando en cuenta que la mira y la captación se generan a partir de la presencia y están relacionados con dos valencias: la mira está relacionada con la intensidad y caracteriza el dominio de lo sensible, mientras que la captación se relaciona con la extensidad y caracteriza el dominio de lo inteligible. Tanto la mira y la captación conjugan el sistema de valores y valencias, en donde las valencias o límites de la extensión bien podría ser concentrada o difusa.
[4] En la Semiótica de las pasiones, Greimas y Fontanille realizan importantes aportes sobre la modalización (Greimas y Fontanille: 1994, 81-82).
[5] Podemos afirmar que el gitano duque de Egipto, cumple el papel de ayudante en la segunda presencia, porque gracias a él, Colombina logra obtener a su amado y el amor llega consumarse. 

1 comentario:

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