Desamor y amor en el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma.
Una aproximación a la semiótica tensiva.
Resumen:
En el presente trabajo intento analizar el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma, para lo cual he tomado como punto de apoyo lo desarrollado por la semiótica tensiva en sus diferentes perspectivas teóricas. Este trabajo será de mucha utilidad para los principiantes en semiótica, en cambio para los expertos en dicha disciplina científica, servirá simplemente como una idea.
El “Cuento de marionetes”gira principalmente en base a dos temas a partir de dos presencias semióticas: el amor y desamor. En donde en la primera presencia, identificamos un amor no correspondido y casi imposible, en cambio en la segunda presencia si hay correspondencia y consumación del amor. En la primera presencia el rey sufre por el amor de Selene y en la segunda presencia Colombina sufre por el amor del rey, pero a comparación del primero, en la segunda presencia el sujeto logra obtener a su objeto de deseo.
1. Identificación de la
presencia.
La presencia
es una cualidad sensible por excelencia y a la vez la primera articulación
semiótica de la percepción (Fontanille: 2001, 37). Es el primer modo de
existencia de la significación cuyo objetivo es siempre una meta por conquistar
(Fontanille y Zilberberg: 2004, 117).
En el discurso del “Cuento de marionetes[1]” podemos identificar dos presencias que configuran la significación[2]. La
primera presencia es el rey (Pierrot)
porque a partir de él se configura la significación en el conjunto del relato,
teniendo en cuenta que «el primer acto del análisis de la significación
consiste en la ubicación de la primera
presencia que hace las veces de cuerpo propio y gestor de la semiosis»
(Mondoñedo: 2009, 17). La segunda
presencia es Colombina, quien también ayuda a organizar la significación en
el discurso y, ella desea al rey, está enamorada perdidamente y quiere obtener
a su amado a pesar de su negatividad, lo cual, logra al final del relato.
Cuando indagamos las presencias en el discurso, Colombina también toma un protagonismo
importante, por lo tanto podría convertirse en la primera presencia, pero quien mejor organiza y es imprescindible en la
organización de la significación en el discurso es el rey. Tanto el rey y Colombina, son sujetos que
desean un objeto, por ejemplo, el rey desea el amor de Selene: está
perdidamente enamorado de ella, por su hermosa incomparable; de igual modo,
Colombina desea el amor del rey, ella se muere por el amor de Pierrot. En tal sentido, en la segunda presencia, el sujeto se convierte en el objeto de deseo, a
la vez, aquí sí realmente llega a consumarse el amor, porque gracias a la ayuda
del viejo gitano (el duque de Egipto)
Pierrot observa con un aparato a la luna
y ve que ya no es hermosa y se decepciona. Luego el rey recobra su estabilidad
emocional y acepta el amor de Colombina.
Por lo tanto la organización y presentación de las presencias quedaría de la
siguiente manera:
En la primera presencia
de la significación el campo de presencia
es amplio, extenso o difuso. Porque el rey observa a su amada imposible (la
luna) desde el palacio hacia un lugar muy distante. Selene (la luna), no está
próximo al rey, está en otro espacio, en otro plano de observación. En cambio,
a comparación del primero, el segundo campo
de presencia es menos amplio, porque el sujeto está más próximo al objeto
de deseo, tanto el sujeto y el objeto de deseo están ubicados en el mismo plano
y en el mismo espacio.
2.
El desamor y amor en las dos presencias[3]
En la primera presencia prevalece un amor no correspondido (desamor),
donde al principio la intensidad del sujeto hacia el objeto de deseo es muy
fuerte, porque el rey incluso decide dejarse morir por el amor de Selene, luego
la intensidad disminuye y se torna débil, cuando el rey observa por intermedio
de un aparato que la luna no era hermosa como parecía ser. La intensidad se
torna débil con la estabilidad emocional del rey y la extensidad es difusa
(amplia).
En cuanto la extensidad, el rey observa a Selene a
una distancia considerable (desde la terraza hacia el cielo), lo cual implica
una extensión difusa por el hecho de que en el campo de presencia, ambos personajes ocupan las posiciones de mayor
distancia, incluso, Selene es un objeto de deseo mudo (no habla en ningún
momento), pero, a pesar de ello, el rey Pierrot intenta comunicarse y declarar
su amor hacia ella. En tal sentido, la intensidad es débil, porque no hay
intercambio de comunicación o diálogo entre el sujeto y el objeto deseado. El
rey Pierrot, nunca logra conversar con Selene (la luna). Sin embargo, el objeto
deseado cambia los estados de ánimo del sujeto, porque Pierrot, sube todas las
noches a la terraza y pasa allí largas horas contemplando el cielo y sumido en
la depresión y éxtasis, incluso decide dejarse morir si no encuentra el medio
de traerle a la dama de sus cavilaciones y ensueños. Las emociones y
sufrimientos del sujeto son intensos y profundos, pero no hay reciprocidad de
comunicación por parte del objeto de deseo, sea negativa o positivamente, solo
hay un mutismo.
Si quisiéramos hablar en términos de modalidad[4], en
la primera presencia, el rey Pierrot
es un sujeto apasionado del querer frente al objeto deseado, pero ese querer no
se concreta con la satisfacción (con el poder), porque no logra obtener a su
objeto de deseo, más al contrario, cuando, gracias a la intervención del duque
de Egipto, descubre que Selene no es tan hermosa como solía verse, se
decepciona y rompe con esa intensidad de amor, para luego adquirir la
tranquilidad y convertirse en un objeto de deseo en beneficio de Colombina. Por lo tanto, la intensidad y la extensión quedarían
definidas de la siguiente manera:
En los gráficos anteriores, notamos que
la intensidad y la extensidad se configuran de una manera inversa (Fig. 3),
donde la zona de intensidad es débil y la zona de extensión es fuerte (o
difusa), lo cual, de acuerdo los estilos de categorización desarrolladas por
Fontanille en la Semiótica del discurso (Fontanille:
2001, 40-43) y en Semiótica y Literatura.
Ensayos de método (Fontanille: 2012, 33-36), pertenecerían al estilo
categorial familia. De igual manera las fronteras de la intensidad (Fig.
1) están determinadas por dos sucesos: cuando el rey sufre por el amor de
Selene, la intensidad es fuerte; y cuando el rey observa que Selene ya no es
hermosa, la intensidad se torna débil, dicha distancia de la intensidad está
marcada por un no diálogo del sujeto con el objeto de deseo. También las
fronteras de la extensidad están determinadas por dos espacios diferentes: la
terraza de la corte y el espacio (cielo), los cuales hacen que la extensidad se
torne difusa (amplia), ya que el sujeto de deseo y el objeto de deseo se hallan
en espacio distintos.
En cambio en la segunda presencia, al principio el sujeto (Colombina) no logra
obtener al objeto de deseo (el rey Pierrot), incluso no hay un buen diálogo
porque el rey ignora a Colombina, donde la intensidad es débil y la extensidad
difusa (el espacio de la corte, donde hay intercambio de miradas entre el
sujeto y el objeto, es amplio), pero, esa intensidad débil al final se torna
muy fuerte, cuando se logra un buen diálogo y se consuma el amor, gracias a la
intervención del duque de Egipto[5] ,
quien con sus habilidades de gitano y
por cumplir el trato que hizo con Colombina ingresa a la terraza donde se halla
el rey y le promete atraerle a su amada Selene con sus poderes. El gitano duque
convence al rey (quien sufría de miopía) para que observe con un aparato a su
imposible amor (Selene) y el rey, al observar a Selene «dio un grito,
poniéndose espantosamente pálido, tambaleándose como si hubiera sentido dentro
de sí la muerte súbita de algo. Dos o tres veces se separó del tubo para ver a
la luna a la simple vista. A poco volviéronle los colores al rostro y
reapareció en él la expresión truhanesca y alegre, que hacía tiempo había
desaparecido» (Palma: 2006, 231-232). Después de que el rey se convence de que
Selene no era la hermosa amada como solía imaginar, la intensidad aumenta (hay
una mayor comunicación entre el rey y Colombina) y la extensidad se mantiene
constante, porque el espacio donde se hallan tanto el sujeto como el objeto es
amplio y ambos comparten el mismo espacio. Por lo tanto la zona de intensidad y
de extensión son igualmente fuertes y de acuerdo el estilo categorial,
conforman la serie (Op. Cit.).
También es importante afirmar que la consumación del amor comienza cuando el
rey, después de su desilusión amorosa por Selene, arroja el pañuelo hacia
Colombina. Esta acción es sinónimo de un amor consumado, porque el rey se
entrega en los brazos de Colombina y «ambos son muy felices». Arrojar el
pañuelo es una acción de declaración amorosa y de aceptación, ya que con esto,
ambos comienzan el romance. Por lo tanto, la intensidad y la extensión se
graficaría de la siguiente manera:
En el gráfico anterior, notamos que la consumación
del amor se da cuando el rey le arroja el pañuelo, como sinónimo de aceptación,
a Colombina, por la tanto la intensidad es fuerte en tal circunstancia, en
cambio, cuando aún el rey tenía una cierta indiferencia hacia Colombina, la
intensidad era débil, porque no había un diálogo ni un buen entendimiento, en
cambio, cuando el rey se decepciona de Selene y le arroja el pañuelo a
Colombina, la intensidad cambia de tensión, se torna fuerte. Por lo tanto, las
fronteras de la transformación intensiva se da de la siguiente manera: indiferencia
del rey hacia Colombina (desamor) y, cuando el rey le arroja el pañuelo a
Colombina, donde la intensidad se torna fuerte, porque ya hay una comunicación
y diálogo entre el sujeto y el objeto de deseo (Fig. 1). En cambio en cuanto la
extensidad, tanto el sujeto (Colombina y el objeto de deseo (rey), comparten el
mismo espacio, pero cuando ambos actantes están en la alcoba del rey la
extensidad es débil, pero cuando el rey sube a la terraza y contempla a Selene
la extensidad es difusa, porque el espacio se amplifica, ya no es reducido.
3.
Conclusiones
Se ha llegado básicamente a tres conclusiones
resaltantes:
- . En el “Cuento de marionetes” de Clemente Palma se desarrollan dos temas importantes: el desamor y el amor.
- . En el discurso de dicho cuento podemos identificar dos presencias que configuran la significación. Donde el sujeto de la primera presencia se convierte en objeto de deseo en la segunda presencia.
- En la primera presencia se evidencia el desamor, porque el sujeto sufre por el objeto de deseo, lo cual no llega a consumarse. En cambio en la segunda presencia, el amor sí llega a consumarse, lo cual se da cuando el rey Pierrot le lanza el pañuelo a Colombina como sinónimo de aceptación amorosa.
4.
Bibliografía.
BLANCO, Desiderio.
1999 “Vigencia de la Semiótica” en revista Contratexto. Lima: Universidad de Lima. (Versión
digital en: http://www3.ulima.edu.pe/Revistas/contratexto/pdf/art1.pdf).
FONTANILLE,
J. y Claude ZILBERBERG.
2004 Tensión
y significación. Lima: Universidad de Lima / FCE.
FONTANILLE, Jacques.
2001 Semiótica del discurso. Lima:
Universidad de Lima /FCE.
2012 Semiótica
y Literatura. Ensayos de método. Lima: Universidad de Lima.
GREIMAS, A. J. y J. FONTANILLE.
1994 Semiótica de las pasiones. México: Siglo
XXI.
MONDOÑEDO,
Marcos.
2009 Semiótica
del castellano. Lima: Facultad de Educación-UNMSM.
PALMA,
Clemente.
2006 Cuentos
malévolos. Lima: PUCP.
[1] He
elegido este cuento de Clemente Palma del libro Cuentos malévolos (Palma: 2006, 226-233).
[2]
En su artículo “Vigencia de la Semiótica”, Desiderio Blanco afirma que la
significación supone un mundo de percepciones, donde el cuerpo propio, al tomar
posición, instala globalmente dos macrosemióticas, cuya frontera puede
desplazarse siempre, pero que tiene cada una su forma específica (Blanco: 1999,
4).
[3]
Desarrollaré tomando en cuenta que la mira
y la captación se generan a partir
de la presencia y están relacionados
con dos valencias: la mira está relacionada con la intensidad y caracteriza el
dominio de lo sensible, mientras que la captación se relaciona con la
extensidad y caracteriza el dominio de lo inteligible. Tanto la mira y la
captación conjugan el sistema de valores y valencias, en donde las valencias o
límites de la extensión bien podría ser concentrada o difusa.
[4] En
la Semiótica de las pasiones, Greimas
y Fontanille realizan importantes aportes sobre la modalización (Greimas y
Fontanille: 1994, 81-82).
[5]
Podemos afirmar que el gitano duque de Egipto, cumple el papel de ayudante en la segunda presencia, porque gracias a él, Colombina logra obtener a
su amado y el amor llega consumarse.
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